WENAGON Y SUS DOS HIJAS (Gaua)


Hace mucho tiempo, en Gaua de las Islas Banks, vivía un hombre llamado Wenagon. “Wenagon” significa bufón. Este hombre tenía dos hijas de unos diez años de edad. Era un hombre astuto que pasaba sus días gastándoles bromas a sus vecinos. Un día, quiso reírse a costa de sus hijas, así que fingió caer gravemente enfermo. Viéndolo, las gemelas comenzaron a encender un gran fuego para calentar a su padre que fingía temblar de fiebre. Algunos minutos después, Wenagon se sentó débilmente y dijo: “Por favor, hijas mías, id a pescar algunos camarones al primer estanque del arroyo. Vaciad todo el agua del primer estanque y llenaréis fácilmente vuestras cestas con camarones”.

Cogieron sus cestas, una especie de jaula con dos compartimentos que facilitaba la pesca, y un cubo hecho con palma cocotera, las chicas marcharon hasta la colina que llevaba a los estanques del arroyo. Cuando se fueron, Wenagon saltó de la cama, se desnudó y escogió una flor nasorsor que fijó al tabique de bambú de su choza. Completamente desnudo, emprendió la carrera hacia el arroyo. Tomó un atajo que solamente él conocía y así llegó raudo al primer estanque del arroyo. Wenagon se zambulló en el agua y se escondió bajo una gran piedra negra. Poco después, llegaron las gemelas al estanque. Inmediatamente comenzaron a vaciarlo. Cuando acabaron el trabajo, llenaron las cestas con cientos de camarones. De repente, oyeron un ruido procedente de debajo de una gran piedra negra. Una de las chicas se inclinó para examinar el hueco oculto bajo la piedra.

Ella gritó: “¡Eh! ¡Ven y mira! ¡Es una anguila enorme! ¡Trae un palo grande!”. La otra hermana trajo un palo e intentaron arponar la gran anguila. Cuando pincharon con el palo la primera vez, el padre, escondido bajo la piedra, se agitó, las chicas pudieron ver un poco de su mano. Cuando le clavaron el palo por segunda vez Wenagon enseñó un poco más de su mano. Al tercer pinchazo, el hombre saltó de nuevo y enseñó la mano completa. Viéndola, las hijas aterrorizadas corrieron como el viento para volver a casa. Pero Wenagon entonces dejó el escondite, cogió la cestas de camarones que sus hijas habían abandonado y voló de nuevo por el atajo de vuelta a casa. Llegando un instante antes que las chicas, encendió un buen fuego en la cocina, se cubrió de cenizas y pretendió de nuevo estar enfermo.


Cuando las chicas llegaron y recuperaron el aliento, les dijo: 

‒¡Eh! Vosotras dos, ¿dónde está el fuego? ¿Por qué andáis sin aliento? 

‒¡Vimos un monstruo!

‒¿Un monstruo? ¿Cómo era?

‒¡Tenía una mano!

‒¡Habréis visto una anguila gigante!

‒No, te contamos la verdad, ¡Vimos un monstruo! Vimos su mano salir de debajo de una gran piedra negra en el primer estanque del arroyo.

Un poco más tarde, cuando preparaban la cena, las chicas se dieron cuenta de que los camarones que cocinaban eran los que ellas habían pescado en el arroyo. Comprendieron entonces que la mano que habían visto en el estanque era la de su padre. Hartas de sus payasadas, se dirigieron a su padre y le hicieron comprender que ya eran bastante maduras para vivir solas. Wenagon se echó a llorar y les rogó que no le abandonaran.

‒¡Os lo suplico! ¡No me dejéis! ¡Deberíamos permanecer los tres juntos! ¡Os lo ruego! ¡No os vayáis!

‒Lo sentimos, padre. Pero ya nos has humillado bastante. Y somos bastante mayores para soportarlo.

Wenagon cogió dos grandes cestas llenas de dinero de concha y las entregó a las hijas buscando la reconciliación. Sin embargo, las gemelas no estaban interesadas en el dinero. En seguida empaquetaron sus posesiones y se fueron a vivir lejos de su padre. Por eso Wenagon “el bufón” acabó su vida completamente solo.


Esta leyenda fue contada por Edgel Weiting Asbal del pueblo de Losolava en Gaua en las Banks, originalmente en el idioma Bislama, lengua criolla melanesia, una de las oficiales de Vanuatu.

Nabanga. An illustrated anthology of the oral traditions of Vanuatu. Collected and transcribed by Paul Gardissat, Vanuatu Cultural Centre, 2005.

Traducción al español: José Biedma López, 2020.

Nota del traductor: Me gustaría que alguien me explicara por qué Wenagon fija (picked) una flor nasorsor en el tabique (wall) de bambú de su choza (his hut) cuando se dirige al primer estanque para burlarse de sus hijas. Al parecer, la palabra nasorsor puede traducirse del bislama por nef (nao) o navire (embarcación).

Ilustraciones

Nicolaï Michoutouchkine. "La bahía de Port-Vila", 1963.

Aloï Pilioko. "Personajes enlazados", 1996.  Y "Las serpientes", tapicería de lana sobre tela de yute.



Comentarios

  1. Es un cuento inquietante, con ese padre bufón y las gemelas sensatas, lo que hace que los roles familiares esperables estén alterados. Hay que leerlo unas cuantas veces para entenderlo. Nos faltna las refencias necesarias de la cultura vanuatu, los elementos contextuales qe dan sentido a cada acción. Y esa flor tiene que tener la llave del significado. Buscaré más información en cuanto tenga la oportunidad.

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