LA EVOLUCIÓN SEXUAL: POR QUÉ EL SEXO ES UN ASUNTO DIVERTIDO

Herma griego , siglo VI a C.


          Este artículo va dedicado a mis compañeros del IES Benejúzar, quienes, al comentarles ciertos datos recogidos en  el libro¿Por qué es divertido el sexo?, de Jared Diamond, mostraron bastante interés por el tema. Por ello, he pensado que sería bueno compartirlo con un número de gente mayor, esperando que disfruten aprendiendo algo más sobre este animal tan curioso que es el ser humano.

      Jared Diamond, profesor de fisiología, ornitología y geografía, explora en el libro citado las curiosidades de la sexualidad humana como el resultado de la evolución. La sexualidad humana es ciertamente extraña al compararla con la de otras especies, al igual que también lo son los órganos sexuales humanos, con sus formas y tamaños. Pero, si aceptamos que la teoría de la evolución es un paradigma aceptable de explicación para la diversidad biológica que existe, aceptaremos como anclaje de la explicación de nuestra sexualidad que todos sus elementos han sido seleccionados por su capacidad de adaptar el organismo a las necesidades del medio ambiente. Por ello, hay asuntos  que se presentan como enigmas de la ciencia y que reclaman una explicación coherente y comprobada; por citar algunos, tenemos el tamaño de las mamas femeninas, siempre engrosadas aunque no se esté lactando, la ovulación oculta, la permanencia de vello en el sexo o el tamaño del pene y el escroto en los varones. También es interesante el planteamiento de la existencia de la menopausia femenina y esconderse para practicar sexo. De todo este elenco de temas, en el presente artículo nos vamos a centrar en la promiscuidad y el tamaño de los órganos sexuales masculinos.

1.- HERMA GRIEGOS Y ÓRGANOS SEXUALES MASCULINOS.
      
   La figura que ilustra esta entrada es un Herma griego, una escultura con cabeza - y a veces también torso - sobre una base cuadrada (el número cuatro está asociado a Hermes )con los genitales masculinos tallados, ya que este dios estaba asociado a la fertilidad y la suerte. Como también era el dios protector de viajeros y comerciantes, estos Herma se ubicaban en cruces, fronteras y límites como protección, aunque se podían ver así mismo, en templos, gimnasios, bibliotecas y en los cruces de las calles. 

   Un hecho de cierta relevancia en la historia de la antigua Atenas está ligado a estos Herma, ya que en el año 415 a C., la noche anterior a la expedición a Sicilia de los atenienses, dentro de la Guerra del Peloponeso, los Herma de Atenas fueron destrozados, hecho que constituía un delito muy grave, y era interpretado, además, como una señal de que la expedición del día siguiente sería un fracaso. Se acusó a Alcibíades - sobrino de Pericles y, tal como señala Platón en El Banquete, uno de los jóvenes fascinados por Sócrates, personaje imprescindible en la vida política de la Atenas del siglo V a C. -, siempre controvertido y brillante, de tal sacrilegio, y aunque él negó las acusaciones y se prestó a comparecer ante el tribunal, tal proceso no se llevó a cabo para no posponer la expedición. Una vez que Alcibíades partió, sus enemigos políticos lo juzgaron y condenaron a muerte, por la mutilación de los Herma y profanar los Misterios de Eleusis.

      La alusión a los Herma griegos la encontramos en El primer viaje de nuestra vida, de Juan Luis Arsuaga, obra en la que explora la evolución del parto humano, y por ello, también toca el tema de la sexualidad. Arsuaga incrusta esta referencia en la exposición de las perplejidades de la sexualidad humana, y en este punto concreto en cuanto a la disputa si los humanos somos una especie monógama desde siempre, o es un compotamiento adquirido como una mutación beneficiosa para la evolución de la especie. Arsuaga  titula este apartado "La verdadera revolución sexual", y explica de forma rigurosa a la vez que amena que el tamaño de pene y escroto está relacionado con la característica de "promiscuas" o no de las hembras de las especies. Así, si la hembra es más promiscua (caso de las chimpancés), el macho tiene unos genitales externos más desarrollados, dado que la competencia para tener acceso a la hembra y transmitir su genes es mayor. Por el contrario, orangutanes y gorilas tienen un pene y escroto de un tamaño sensiblemente inferior, dado que se imponen por la fuerza a sus rivales y eliminan la competencia espermática.

     Estudios comparativos interespecie arrojan el resultado de que el tamaño del pene humano es bastante grande, si consideramos que hemos ido evolucionando hacia la monogamia. Lynn Margulis y Dorion Sagan barajan cuatro hipótesis para responder a la cuestión, que son: un gran falo intimida a los rivales; ha sido una preferencia de las hembras a lo largo de la evolución; es un instrumento de placer sexual y por último, y la preferida por estos autores, que mejora las posibilidades de engendrar un hijo. Las hipótesis dos y tres vendrían avaladas por el concepto de "selección sexual" del que hablaba Darwin, mientras el último estaría más en sintonía con el conjunto de explicaciones de Richard Dawkins sobre "el gen egoísta" y la supremacía de la supervivencia del pool genético sobre el individuo.La primera es la que enlaza con el tema de los Herma y con nuestro pasado evolutivo, ya que "entre algunos primates sociales, como los macacos y papiones , los machos que ejercen de vigilantes de la comunidad se sientan de espaldas a los demás mostrando los genitales hacia el exterior, y cuando ven a un macho de otro grupo que se acerca tienen una erección, que sirve de advertencia para que no se aproxime" (Arsuaga, op cit, pag 44).


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2.- ECONOMÍA, PROMISCUIDAD - O NO - Y TAMAÑOS.

       El acercamiento al tema que lleva a cabo Diamond es más funcionalista; lo que le interesa esclarecer es la función del pene, que señala que no es un mero problema fisiológico, sino evolutivo, ya que otras especies muestran que las funciones del pene (expulsar orina e inyectar esperma) son conseguidas en el resto del mundo animal con unas estructuras más pequeñas, y por tanto, más económicas desde el punto de vista de gasto " de producción" del organismo en su conjunto.Esta expansión del tamaño del pene se ha producido entre los siete a nueve millones de años. 

    En el lapso temporal señalado, los humanos nos hemos ido alejando de nuestros antepasados más cercanos, orangutanes y gorilas, y posteriormente, de los chimpancés y bonobos. La diferencia en la vida sexual de los mismos es, por tanto, relevante para entender la nuestra. 

    La vida sexual de orangutanes y gorilas se articula en una estructura en la que un macho tiene un "harén" de varias hembras, cada una en un territorio diferente, a las que cubre cuando estas están en celo, esto es,cuando no están gestando o cuidando a una cría recién nacida. El turno de atención a cada una depende de la disponibilidad de ella, y la competencia con otros machos la eliminan por medio de la violencia. La señal de su poderío, y por lo tanto, la marca visible de su madurez sexual y de su peligrosidad para otros machos es su espalda plateada.Su empeño por defender sus genes frente a los de otros los lleva a exterminar a la prole de hembras que haya conquistado y que tuvieran crías de otro macho anterior. En este caso, las hembras son monógamas, a excepción de la desaparición del macho fecundador y el comienzo de asociación con otro, una especie de monogamia sucesiva. Este esquema no está muy alejado de las estructuras familiares más extendidas entre las culturas humanas. Sin embargo, ya señalamos más arriba que el tamaño del pene del orangután es sensiblemente inferior al del humano, ya que no tiene competencia, y si la tiene, la hace desaparecer por la fuerza.
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    Por el contrario, los chimpancés son muy promiscuos y tienen una intensa vida social - entre la que ya podríamos encontrar rasgos de "mentiras" - por lo que la competencia espermática es elevada, y el tamaño de su pene y escroto es mayor para poder ser elegido para perpetuar su legado genético.La vida "familiar" de los chimpancés se podría esquematizar como una pareja que tiene múltiples aventuras fuera del matrimonio, caso no tan alejado de muchos humanos en el mundo.

     Sin embargo, en el caso humano, y dado lo inmaduro de los fetos de nuestra especie al nacer, los vínculos de pareja son más estables, ya que el cuidado del recién nacido y su socialización supone un período muy dilatado, y una colaboración en el mismo. Entre chimpancés y humanos - Diamond pone el ejemplo de los aché del Paraguay y los ketengban de Nueva Guinea - se interpreta que el macho provee a la hembra y la prole de alimento y cuidado. Sin embargo, si examinamos la economía de cazadores - recolectores - el caso de las tribus citadas - encontraremos elementos curiosos. Diamond recoge estudios acerca de lo que supone en recursos para el grupo familiar la aportación de alimento por parte del macho y de la hembra: mientras el macho aporta carne de caza mayor de tarde en tarde, la hembra, se dedica a recolectar o la caza menor o a transformar los productos de la tierra de una forma más constante, y por lo tanto, más continuada, siendo ella el sostén del núcleo familiar y no el varón. El varón, cuando caza, además, no reparte la carne entre su familia, sino sobre todo, entre los otros varones, con los que forma alianzas y pasa gran parte de su tiempo. Por tanto, la pregunta que surge inmediatamente es la siguiente: ¿por qué las hembras seleccionan a esos machos fanfarrones y poco colaboradores , a los que, sacando cuentas van a alimentar ellas?Aquí es donde Diamond responde que el tamaño del pene funciona como señal distintiva de ser los mejores candidatos para ser elegidos, como la cola del pavo real.

    El tamaño de pene y escroto, por lo tanto, serían interpretados dentro de la selección sexual, como las hipótesis dos y cuatro de Margulis y Sagan, es decir, las hembras han ido seleccionando a los machos con penes más grandes a lo largo del proceso evolutivo, y así hemos llegado a las proporciones medias actuales. 

Sin embargo, la explicación todavía presenta cierta paradoja al contar con la cualidad de proveedor o no proveedor del macho, más materialista que la de la satisfacción sexual. Si las hembras saben que los machos mejor dotados serán mejores cazadores - por su fuerza y su capacidad de establecer alianzas al repartir las piezas entre los otros macho colaboradores -, y por ello, también más promiscuos, ya que tienen más éxito social, ¿por qué eligen precisamente a estos? Por la razón de que la promiscuidad también se da entre las hembras, que copulan con otros machos que les llevan alimento como presente para acceder a sus favores. 

Por lo tanto, escogen al más sobresaliente para tener la certeza de que su prole tendrá unos potentes genes para ser un líder, un individuo que establece alianzas fácilmente y será un buen cazador. Una vez asegurado este punto, se dedica a copular con otros, mejores proveedores y que les dedican más atenciones.


     3.- COROLARIO.

   Hasta aquí he expuesto muy sucintamente las ideas principales sobre la evolución sexual en el humano y el tamaño de los órganos sexuales masculinos. Es una parte insignificante de todo lo que hay sobre el tema, y espero que haya suscitado la curiosidad suficiente para seguir ampliando. Por poner una sugerencia, al final del artículo está el enlace a un artículo sobre la denominada "Venus Hotentote", una mujer zulú traída a Inglaterra en el siglo XIX,cuya desgraciada historia ha recogido Encarnación Lorenzo en su entrada, y cuya relación con el presente escrito es que esta mujer sufría de esteatopigia, o un engrosamiento exagerado de nalgas y caderas, propio de algunos pueblos de África, y que es otro elemento sexual fruto de la evolución. 

   Al mismo tiempo, el objetivo fundamental siempre es el mismo: que reflexionemos lo que somos ahora a la luz de lo que hemos ido consiguiendo a lo largo del fascinante proceso evolutivo.

FUENTES CONSULTADAS: 
-Albaigués, J. M. : Alcibíades, el último griego.
-Arsuaga, J. L.: El primer viaje de nuestra vida.
-Diamond, J:¿Por qué es divertido el sexo?
-García Valiño, I: Las dos muertes de Sócrates.


-http://mujeresparalahistoria.blogspot.com.es/2013/07/sara-baartman-y-los-zoos-humanos.html


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