MIRADAS DESDE EL PASADO. LAS TERRACOTAS DEL GALMA


Hoy he descubierto un tipo de arte africano cuya apariencia me ha parecido tan sorprendente como sugestiva, y he pensado en hacer una pequeña entrada para compartir aquí las extraordinarias imágenes de estas terracotas nigerianas del Galma.


 El arqueólogo y galerista Ángel Martín presentó en Madrid, en mayo de este año, un conjunto de 39 terracotas representativas de un estilo artístico inédito. Se desarrolló en el norte de Nigeria, en terrenos próximos al río Galma, un afluente del Kaduna. Posiblemente se trató de un reino independiente, con una cultura propia y distinta de las vecinas Sokotó, Katsina y Nok. Su mayor actividad data de los siglos I a V de nuestra era, una época de esplendor a la que pertenecen estas maravillosas esculturas en barro, que tienen una identidad personalísima. 


Casi todas son masculinas y están hechas con un núcleo de arcilla poco trabajado, recubierto de otras dos capas más finas. Sus rasgos son esquemáticos pero realistas. Resultan perfectamente identificables las cejas, las pestañas y las uñas. Las narices son anchas y aplastadas. Generalmente se trata de cabezas rapadas, aunque a veces llevan trenzas en la parte posterior o incluso un rodete plano sobre la cabeza. Una figura muy curiosa lleva barba trenzada. 
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Apenas lucen adornos: son pulseras o collares, algún pendiente o incluso el labio superior perforado. Otras figuras llevan un collar que acaba en una especie de cuerno, o un brazalete con correas, probablemente para sujetar una funda de espada y algún arma. Las características escarificaciones están prácticamente ausentes.


En cuanto a los modelos femeninos, responden a escenas de maternidad, con el niño sobre el pecho o las piernas. En contraste con los hombres, de espaldas anchas y cuadradas, estas figuras tienen formas más redondeadas y llevan collares. Hay también  un curioso león con rasgos antropomórficos.


Estas terracotas tienen la base hueca, lo que tanto podría haber servido para darles mayor estabilidad como para colocarlas sobre poste elevados.
 Como resalta Ángel Martín, la coherencia estilística de estas esculturas, de una belleza y clasicismo comparables a los del mundo occidental de su época, sólo pudieron ser resultado de una estructura política y social compleja, en el seno de una unidad territorial y con una cultura netamente diferenciada respecto del entorno. Expresan el misterio y la belleza de las grandes creaciones de la historia del arte, obra de una civilización muy desarrollada. 


Fuera del retrato cortesano, la función de la escultura africana es religiosa. Las máscascas se usan para las ceremonias y bailes, mientras que las imágenes sirven para la práctica de los ritos.



Todas las imágenes tienen copyright de Ángel Martín.
Fuentes consultadas:
-Africa, año cero. Juan Ignacio Samperio Iturralde, en Descubrir el Arte, n. 185.
- El Estilo del Río Galma. Nigeria hace 2.000 años. Angel Martín

Comentarios

  1. Me encantan estas entradas en las que se muestran diferentes pardigmqs de arte y belleza, que nos hacen sacudirnos nuestra encarnada base etnocéntrica. Son unas terracotas bellas en su practica desnudez de ornamentos, y cuya base hueca me ha hecho pensar en Platón y el mito d la caverna, donde nos narra cómo por detrás del muerte que cierra la entrada de la caverna, pasaban personas portando sobre ellas figuras de personas, animales y cosas, y estas terracotas huecas me las he imaginado portadas sobre las cabezas de personas de carne y hueso, como una especie de cabezudos - tal como los describes en la entrada anterior de la fiesta del Corpus en Valencia, o de la charamita .Supongo que no sería esa su función, pero quizás también sea muy etnocéntrico - y excesivamente malinowskiano - el buscarle a todo una función más allá del puro goce estético.

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    1. ¿Por qué no iban a servir algunas de las figuras del río Galma para fines análogos a los de nuestros bailes de cabezudos? Precisamente el arqueólogo y experto en arte africano Angel Martín, que las está dando a conocer, distingue en una entrevista entre las máscaras, que se usan para bailes y ceremonias de tipo religioso-social, porque ya sabemos que ellos no enfocan la realidad en esferas separadas, mientras que las figuras tienen su papel en los ritos de culto. Lamento no poder ampliar la información por el momento, porque es muy escasa en la red. Hay un catálogo, que me gustaría hojear antes de comprarlo. La suerte es que la galería donde suelen estar estas figuras-ahora de exhibición en Bruselas-, está a un paso del Museo Thyssen, así que habrá que ir a deleitarse la vista con ellas.

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