“HAIRSTYLES”: LA BELLEZA DEL PEINADO EN AFRICA


Viendo un reportaje sobre la  55 edición de la Bienal de Venecia, actualmente en curso, me dejaron deslumbrada las magníficas fotografías  del artista  nigeriano  J.D. ‘Okhai Ojeikere que están en exhibición en el Palacio Enciclopédico. Se trata de imágenes de peinados y tocados originalísimos que el autor viene documentando, desde 1968, con la curiosidad de un entomólogo. He pensado que este blog podría ser un lugar idóneo para compartir esos valiosos documentos. Además de su valor puramente estético, constituyen un auténtico tesoro para la antropología.
 












                 


































  




























Todas las fotografías tienen Copyright de D.J.Okhai  Ojeikere y cortesía de Fifty One Fine Art Photography


Ojeikere, también conocido como Ojomu Emai, nació en 1930 en un pueblecito rural al suroeste de 
Nigeria. En aquella época, la fotografía constituía un  lujo exótico en el país, con importantes carencias en los aspectos más básicos.  No obstante, siguiendo los consejos de un familiar, Ojeikere decidió comprar una modesta cámara y, desde 1954, se dedicó profesionalmente a esta actividad. A pesar de que apenas existían salidas para ella, con su empeño incansable  se fueron creando. Trabajó en publicidad, y la impronta de la visión publicitaria está siempre presente en sus espectaculares imágenes. Pero fue su incorporación al Consejo Nigeriano de las Artes, en 1967, lo que decidió el curso de su carrera. Desde entonces enfocó su mirada hacia  la cultura africana, con la que se siente hondamente implicado.


“Hairstyles” es su serie  de fotografías más  extensa y conocida. Reúne más de mil imágenes de peinados y tocados  que han logrado sorprender al artista en la calle, en el trabajo o en  fiestas. Podemos ver enfoques insólitos que, con frecuencia,  resaltan  el diseño abstracto del arreglo del cabello. Pero, sobre todo, el aspecto que más llama la atención es su carácter escultórico. Para Ojeikere se trata de un proyecto permanentemente abierto porque el peinado, como moda que es, está en constante cambio.
Todos estos peinados son efímeros. Quiero que mis fotografías constituyan un digno reflejo de ellos. Siempre quise plasmar momentos de belleza, momentos de conocimiento. El arte es vida. Sin el arte, la vida sería fría como el hielo.

Estas frases reflejan con gran claridad el ideario del artista: arte y comprensión van de la mano. Su magnífico trabajo nos habla de que la aspiración a la belleza es un universal cultural, algo que compartimos todos los seres humanos y que nos define como tales, con independencia de la variabilidad de  los gustos estéticos en cada momento y lugar.

Comentarios

  1. Una entrada deliciosa,que creo que nos ayuda a esforzarnos por salir de nuestro etnocentrismo al mirar el arte (fotografía)hecho desde los africanos,en igualdad de condiciones tecnológicas que cualquier fotógrafo occidental que encuentra arte y belleza en aquello que lo rodea.Me parece muy interesante este cambio de enfoque.

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    1. La verdad es que aquí se junta el enfoque de dos artistas, la persona que hace el peinado y la mirada fotográfica de Ojeikere. Si te fijas, él casi prescinde de la cara de la modelo. En la mayoría de las ocasiones la vemos de espaldas, desde arriba, de perfil. Objetualiza el diseño como una auténtica obra de arte en sí, separable de la persona que lo luce. Tal vez sea ese el secreto que hace su trabajo local, etnográfico, y al mismo tiempo universal. Para mí ha sido un grato descubrimiento.

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  2. M.Angeles Atienza4 de julio de 2013, 15:47

    Por mi trabajo he podido casi convivir algún tiempo junto a unas senegelesas que se dedican ha hacer peinados estilo africano, en el céntrico paseo de Torrevieja, vulgarmente se les llama "las negras que hacen trenzas". Evidentemente no hacen peinados tan exóticos y elaborados como los que muestras en tu entrada, porque entre otras cosas no creo que sean muy comerciales, pero realmente hacen virguerías, y han adaptado sus peinados a los gustos occidentales consiguiendo un estilo fusión de lo más atractivo y comercial . Para poder atenter a tanto público han desarollado una rapidez que cuesta seguir con la vista la velocidad de los dedos de la peluquera y con resultados de auténtica perfección. Desde la módica cifra de 15€ ofrecen varios peinados distintos que van desde los simples como un flequillo a otros más complejos y elaborados , las he visto hacer peinados de ocho horas de duración, cliente y peluquera terminan agotados, pero con final feliz, una, porque por fin siente el placer del trabajo bien hecho, finalizado y cobrado , y la otra, porque el espejo le refleja un look totalmente exótico y cambiado
    Creo que estas mujeres artistas anónimas que hacen bolillos con el pelo para buscarse la vida se merecen también que posemos nuestra vista sobre ellas y nuestro reconocimiento. Gracias por darme esta oportunidad.

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    1. Muchas gracias por tus reflexiones. Hay un libro cuyo título me hace mucha gracia:"Cómo sobrevivir con un cerebro y dos piedras". Parafraseando la idea en este contexto del peinado, yo diría:"Cómo hacer belleza con un cerebro y dos manos". A esas artistas anónimas del paseo de Torrevieja, o de cualquier otro lugar. les basta su imaginación, su destreza manual y poca cosa más para hacer ese arte efímero de la belleza corporal que tanto se ha esforzado Ojeikere en documentar. Unos somos patosos, otros tienen la suerte de ser la habilidad en persona, pero todos, activa o pasivamente, creando o sintiendo, tenemos pasión por lo bello. Está en el ADN de nuestra especie, aunque parece que también en el de nuestros primos los neandertales. Según las más recientes noticias, utilizaban plumas para adornarse.

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  3. Me ha encantado y me han encantado casi más los peinados que las fotografías. Qué pasada!! Me ha gustado la frase de Ojeikere: "sin el arte, la vida sería fría como el hielo". Encarna, como siempre, muchas gracias!!! Un besazo, Marisa

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  4. Muchas gracias a ti, Marisa. La verdad es que me pareció un artista muy interesante. Su historia demuestra que lo importante para crear belleza no es vivir en una gran urbe, haber tenido grandes maestros, disponer de una cámara de última generación o estar empleado en la revista más importante, sino la ilusión de profundizar en una visión personal y, como Ojeikere, tener siempre los ojos muy abiertos para descubrir estos peinados fascinantes, que son expresión de nuestro ser más artístico, en cualquier lugar del mundo.

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