EL HOMBRE SALVAJE Y LA NAVIDAD

En Tinieblas en el corazón nos hemos ocupado en numerosas ocasiones del hombre salvaje, una figura fascinante que ha sido muy bien estudiada por el antropologo mexicano Roger Bartra e incansablemente fotografiado por Charles Fréger. Es un residuo de arcaicas tradiciones recicladas por el cristianismo o por la recuperación-reinvención de los antiguos carnavales desde la década de los 80. Los hombres salvajes se nos presentan como animales, especialmente el oso, o seres semihumanos en los que predomina el elemento que los acerca a la naturaleza. Los rituales con que están asociados siempre tienen que ver con los temores ancestrales al invierno, a la magia simpática para atraer al sol y el renacimiento del mundo vegetal, y hasta a los ritos de paso de la infancia a la adolescencia o respecto de las mozas casaderas. Aunque quizá su presencia se ha conservado mejor en el ámbito de los carnavales, u aparición se produce en muchos países asociada a la Navidad, a San Nicolás y a la Epifanía. Os propongo que repasemos alguna de estas figuras después de una breve introducción.
Un grupo de Perchten

El hombre salvaje y los ciclos agrícolas.

Para comprender cómo se introduce el hombre salvaje, un ser por completo imaginario, en las tradiciones europeas debemos hacer referencia a los tarbajos de la tierra, que marcaban por completo los tiempos del año. En invierno la naturaleza parecía muerta pero, en contrapartida, en los largos meses sin posibilidad de realizar trabajos agrícolas, se intensificaba la vida familiar y social, era tiempo de compartir las reservas para sobrevivir y ello se hacía a veces a través de celebraciones festivas, que reforzaban la unidad entre los miembros del grupo. Los antiguos consideraban particularmente importantes los doce días que van desde el 24 de diciembre al 5 de enero. Para la Iglesia, es el período que media entre la Natividad y la Epifanía, y corresponde a la diferencia de duración entre el viejo calendario juliano y el gregoriano. Se pensaba que, durante este tiempo crítico, retornaban las criaturas de ultratumba, por lo cual debían canalizar esas energías en su beneficio y protegerse de sus nefastas influencias. 
También el cambio de año era un momento propicio para los ritos de paso en la adolescencia, en los que intervenía la figura del salvaje. Como herencia de esa función, veremos que los niños y jóvenes tienen un papel estelar en los actuales desfiles de los hombres salvajes. Durante la época medieval, en febrero, antes de la Cuaresma, se representaba la cacería del oso/hombre salvaje con una obra dramática en la que, entre gritos y aspavientos, los humanos abatían al ser silvestre, que luego renacía. Con ello se anunciaba el final del invierno y el comienzo de la fertilidad primaveral. En el siglo XVIII el domador guiaba al oso, lo que significaba la forma en que la cultura actúa sobre la naturaleza. Por otro lado, mediante un lento y complejo proceso de sincretismo, las festividades religiosas entre el Adviento y la Pascua cristiana fueron asimilando los rituales paganos ancestrales preexistentes, que tenían una antigüedad incalculable.

Oso de Arles sur Tech
El salvaje como Oso es un personaje muy difundido en las tradiciones de máscaras en Austria, los Balcanes y en los países septentrionales, así como en regiones montañosas como los Alpes y los Pirineos.
 Otra figura mitológica que suele encarnarlo es la Cabra, sobre todo en la mitad oriental  de Europa, particularmente en Rumanía. Aparece con San Nicolás en Austria, y en Polonia con los cánticos de Navidad. En los países nórdicos es sustituida por el Macho cabrío. Anuncia suerte, salud, fecundidad y prosperidad económica, y también es emblema de la vitalidad de la naturaleza. Como al animal le vuelven a crecer la lana y los cuernos, representa metafóricamente  la muerte y la resurrección.
El Ciervo es un ser mitológico estrechamente asociado a la cabra. Los celtas adoraban a Cernunos, una divinidad cornuda. Podemos verlo en los petroglifos como psicopompo, es decir, un ente que ayudaba al espíritu del difunto a llegar a la otra vida. Y aunque siempre fue considerado un símbolo de renovación, la Iglesia medieval veían en ciervos y cabras, animales cornudos, la encarnación de las fuerzas demoníacas. El ciervo desfila en las mascaradas de Navidad en Inglaterra, Rumanía y Bulgaria.
Cerbus, en Cerdeña
 El hombre salvaje como mito
El bosque encantado, lugar en el que pululaban cazadores, leñadores y buhoneros, pero también fugitivos de la justicia,  era la frontera tanto con un mundo mágico, el territorio donde se desataban el miedo y los peligros. Para la naciente cultura urbana en la Baja Edad Media, el hombre salvaje resultaba una metáfora útil para abordar las contradicciones entre el hombre y las bestias. Esa reflexión era especialmente necesaria en un sistema de pensamiento rígido y jerárquico como el cristiano, que negaba la continuidad evolutiva entre humanos y animales. El salvaje se convirtió así en el instrumento adecuado para pensar los nexos entre la naturaleza y la cultura. Como mito, cumplió a la perfección su papel de mediador en un conflicto entre términos irreductibles. Los pueblos europeos construyeron su identidad y homogeneizaron sus principios de vida por oposición a la sombra del Otro salvaje, una invención a la que confirieron cuerpo real en las representaciones teatrales y carnavalescas. Bartra contrapone su estudio evolutivo, que tiene en cuenta las etapas históricas de cambio y las circunstancias incidentes en el mismo, al enfoque estructuralista de Lévi Strauss, que analiza el mito en términos de estructuras inmutables del pensamiento. Este último acercamiento impediría explicar la constante mutación del mito del hombre salvaje, que se reinventa continuamente para adaptarse a las nuevas circunstancias. Ahora enlazamos con el trabajo del fotógrafo Charles Fréger, que viajó dos años a lo ancho de 18 países europeos para documentar las tradiciones del hombre salvaje (Wilder MannWild Man, L´homme sauvagel´uomo selvaggio…) en las festividades del Nuevo Año, Carnaval y fiestas primaverales, que todavía perduran en nuestro mundo hipertecnológico.Aquí nos centraremos en los hombres salvajes navideños.

AUSTRIA:
Wilder, en el Tirol austriaco

Comienzo con esta figura por cuanto que, aunque aparece más tarde, en los carnavales, es el prototipo de hombre salvaje que nos ayudará a reconocer sus características básicas: el traje vegetal o animal, la tranca, el tamaño gigantesco, el aspecto amenzador...Cada cinco años, desde 1890, un grupo de Wilder participa en los carnavales de Telfs. Llevan un traje cubierto de líquenes y una máscara de madera con pelo de vaca o crin de caballo. Se apoya en un grueso bastón, signo de su fuerza hercúlea. Para algunos, son la personificación de sus antepasados; para otros, encarnan el demonio del invierno y la oscuridad.

·Krampus, en  Bad Mittendorf, Estiria
Presenta afinidades con los diablos y animales de la tradición de Adviento. Acompañaba a San Nicolás en sus viajes y su trabajo era asustar a los niños que no se habían portado bien, al igual que molestar a los espectadores con un ruido ensordecedor de campanas. En nuestros días, llegan a reunirse miles de Krampus en Salzburgo.

 En la noche de Epifanía salen los Perchten, criaturas que espantan a los más pequeños y que intentan alejar el silencio de la noche invernal a golpe de cencerro.

 REPÚBLICA CHECA: 
Certi (Diablos)

En la tarde del 5 de diciembre, San Nicolás visita a los habitantes de Třebíč y Nedašov acompañado del Ángel y de los Diablos, cargados de esquilas y cadenas. Estos amenazan a los niños con llevarlos prisioneros al infierno dentro de su saco.

 POLONIA
 Macinula, en Zywiec

 En Nochevieja, alegres grupos  de máscaras, acompañados por músicos, recorren las calles augurando felicidad y fortuna para el nuevo año. Uno de los numerosos personajes de estos desfiles es Macinula, un Hombre de Paja, que desempeña un papel juguetón. En la mano porta un conejo de paja con el que golpea a los espectadores. Como parte del ritual, los enmascarados luchan y Macinula cae pero luego resucita como por  milagro.

ALEMANIA:
 Pelzmärtle, en Baden-Württemberg. 

Se incluye también en el elenco de los Hombres de Paja pero aparece antes, el día de Nochebuena, acompañando al Niño Jesús. Riñe a los pequeños desobedientes y les pega con su vara.

 RUMANÍA: 
Cerbul (Ciervo)

En Nochevieja, algunas ciudades rumanas como Corlata organizan la mascarada del Ciervo, rodeado de danzantes con vestidos tradicionales que soplan el cuerno de caza. La máscara está hecha de madera y se fija a un bastón que actúa como columna vertebral, y sobre el cual el Ciervo viste un tejido ricamente decorado. Después de un baile veloz, que atestigua su vivacidad, el Ciervo cae muerto pero resucitr gracias a los cantos y bailes de sus acólitos.

ITALIA:

 Schnappviecher,  en Tramin, sur del Tirol.

A partir del 7 de enero, los Schnappviechers siembran del terror por las calles de Tramin, un pueblo vinícola del Tirol italiano, y participan en el desfile organizado en años alternos el martes de Carnaval. Los otros personajes que lo acompañan a duras penas logran proteger al público contra los excesos cometidos por estas figuras cornudas, que miden tres metros de alto. Cuando el cortejo pasa delante de una fuente, los Macellai tiran al suelo a un Schnappviech, lo que se interpreta como la finalización del invierno.
 El origen de estas máscaras es incierto. Su fisionomía parece remedar al dragón del imaginario religioso o de las epopeyas y mitos medievales.

 BULGARIA
Babugeri, en la región de Blagoevgrad.

 Forman parte de la mascarada del primer día de enero. Usan vestidos de piel de cabra y una enorme capucha cónica del mismo material. En los tiempos antiguos portaban una vara pintada de rojo, colgada en el cencerro a modo de objeto fálico y, después de una danza ritual, desfloraban con ella a las mujeres casadas para favorecer la fertilidad y propiciar la buena suerte. Hoy la vara  ha sido eliminada y se sustituye por un bastón que sostienen con la mano.



GRECIA: 
Arkouda (Oso) en Monastiraki, Macedonia.
Arkouda

Como hemos visto, hay dos periodos propicios para la salida de las máscaras del salvaje: el primero, que va desde la Navidad a la Epifanía, se celebra en el norte del país y, el segundo, en carnaval. Los Arapides son  personajes típicos de Macedonia, cuya fiesta tiene lugar el 7 de enero, día de San Juan Bautista, cercano a los 12 días mágicos. 
Arapides

Los Arapides son figuras enmascaradas que llevan un vestido hecho de piel y una máscara cónica. Junto con algunos Osos, van de casa en casa dando saltos para espantar a los espíritus malignos con el ruido de sus campanillas. Una vez que las máscaras llegan en la plaza central de la ciudad, todos los participantes se unen en una danza.



PORTUGAL
Caretos, en Lazarim, Lamego, Portugal.
 El vestido de esta figura, mezcla de animal y diablo, se confecciona con materiales muy diversos: paja, piel, hojas… Uno de los momentos claves del Carnaval de Lazarim es la lectura pública del “testamento” del Compadre y la Comadre en la tarde del martes: un cortejo solemne recorre las calles del lugar con la efigie de ambos la cual, al finalizar el desfile, se arroja al fuego. La fiesta de los Caretos de Vila Boa de Ousilhao, Vinhais, se celebra el día de San Antonio, el 25 y el 26 de diciembre, la fiesta de los niños. Se inscribe en el ciclo de los 12 días que se inicia el 24 de diciembre, y en ella participan una treintena de figuras enmascaradas, de las cuales las principales son el Rey y sus Súbditos o Vasallos, cuatro Jóvenes y los Caretos. El 25 de diciembre los habitantes del pueblo reciben en su casa a las máscaras,  después de haber bailado, cantado y comido castañas, chorizos, caramelos…

ESPAÑA:
 Zamarracos y Trapajones, en Silió, región de Molledo, en Cantabria.


 Cada año, Silió acoge el primer carnaval del calendario europeo. El primer domingo del año llamado “La Vijanera”, reúne un increíble número de personajes típicos de las mascaradas europeas y que compendia casi todo lo que hemos visto hasta ahora: los Zamarracos-hombres vestidos de pieles de animales y cubiertos de cencerros-, el Oso, el Hombre de Paja, el Caballo y los  Trapajones, que se visten con panochas, paja, musgo, cortezas… La fiesta comienza al despuntar el alba con la salida de los personajes enmascarados y termina con la captura y muerte del oso.

 Esta representación sirve para ilustrar simbólicamente la victoria del Bien sobre el Mal, garantizar la protección del ganado y de los hombres, alejar los malos espíritus y liberar las almas de los difuntos. Aquí tenéis un emocionante vídeo donde pueden verse esas arcaicas figuras enmascaradas: http://vimeo.com/20601713 

 Tradición y renovación del mito
Una conclusión un tanto paradójica del trabajo de Fréger es que, a pesar de las enormes diferencias externas entre los distintos hombres salvajes por toda Europa, se repiten una serie de elementos estructurales que integrarían el canon mítico del homo sylvestris: el tipo de animales en que se encarna, el simbolismo del tránsito entre las etapas de la vida y las estaciones, la celebración de la fertilidad y la fuerza, la contraposición entre el bien y el mal, su intervención en los ritos de paso para jóvenes o casadas y su papel reforzador de la identidad del grupo. Pero no debemos caer en el error de interpretar que los hombres salvajes que podemos contemplar todavía hoy en las fiestas populares son exactamente iguales a los de la Edad Media. Desde los carnavales populares de Nuremberg, en que Wilder Mann llevaba un disfraz de hierba y hojas y desfilaba rodeado por una turbamulta de seres infernales que lanzaban fuego, se ha experimentado sin duda un cambio radical en las imágenes y en su función simbólica. Es claro que el salvaje tiene una significación diferente para nosotros, que ya no nos vemos acuciados por el temor a las malas cosechas ni a las inclemencias climáticas y tenemos que superar ritos de paso diferentes. Quizá tendamos hoy a acentuar el aspecto puramente lúdico, y festivo de estas figuras. 
Chriapa, en Eslovaquia
Su imagen extraña y perturbadora sigue apelando a arquetipos resistentes sobre nuestra relación con la naturaleza y con nuestra propia imagen social. Por el camino hemos resuelto muchos de los interrogantes a los que se asociaba el salvaje en tiempos pretéritos, pero se han planteado otros quizá aún más urgentes. Bartra lo ha expresado así: “Rasgos que podrían haberse perdido en la noche de los tiempos son rescatados por una nueva sensibilidad cultural, para tejer redes mediadoras que van delineando los límites externos de una civilización, gracias a la creación de territorios míticos poblados de marginales, bárbaros enemigos y monstruos salvajes de toda índole, que constituyen simulacros/símbolos de los peligros reales que amenazan al sistema occidental”. 
Sourvakari, unos salvajes de Bulgaria que evocan a los indios de las praderas
Ese mito aporta la idea de alteridad, de ahí que la cultura europea necesite reinventar continuamente al hombre salvaje para reconocerse como tal. En los rincones oscuros del saber, donde no llega a la razón, se esconden cosas extrañas, temibles unas, atractivas otras, como lo erótico. La mente puebla de seres imaginarios esos lugares y el hombre occidental, entonces,  proyecta fuera de sí al hombre salvaje, peludo, violento y lujurioso que, nos guste o no, es nuestra imagen especular.

 El fotógrafo francés Charles Fréger, nacido en 1975, ha dedicado numerosas series fotográficas a la representación antropológica de las máscaras festivas en el Caribe y Japón, a grupos sociales tales como atletas, cuerpos de las Fuerzas Armadas, estudiantes y otros colectivos que visten uniformes, como los granaderos de la Guardia de Londres, scouts, marineros, legionarios, artilleros, majorettes o los policías rusos. Utiliza un vocabulario fotográfico preciso, con encuadres frontales, y se ha dicho que coloca las figuras como si fueran insectos, sobre fondos neutros, un procedimiento con relevancia científica que podemos observar en las fotografías de Wilder Mann. Las fotografías del autor que aparecen aquí tienen su copyright y podéis verlas al completo en este enlace: http://vimeo.com/66056910

En este otro enlace también tenéis interesantes fotografías del hombre salvaje e información adicional sobre algunos de los salvajes que hemos repasado:http://www.maskeurope.eu/index.php/en/mask/central-and-northern-europe

Para saber más sobre Roger Bartra, uno de los pensadores fundamentales de nuestro tiempo, tenéis más información en este blog:

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