ANIMAL TECNOLÓGICO
Los hombres llevamos milenios jugando a ser dioses. No hay remedio, porque es un juego en el que nos va la vida y una necesaria consecuencia -si se imagina y dice simbólicamente- de la indigestión de aquella manzana prohibida que seguramente envenenó la Serpiente, serpiente parlante, razonadora, ella misma criatura divina y tal vez también eco de diosa neolítica para tiempos más violentos y patriarcales. El hecho es que los humanos vivimos ya en un medio sobrenatural ideado y construido por nosotros mismos, y que también destruimos cuando caemos en invadirnos y decidimos pelearnos, como ahora en Ucrania, en Yemen y en otras partes peor ignoradas. Ortega, “observador penetrante” -como le llamó Heidegger-, se percató de ello lúcidamente. Quiero decir que aclaró nuestra irrechazable e irremediable condición técnica o, dicho más rotundo: afirmó que es precisamente la técnica (que hoy llamaríamos tecnología , o sea técnica de base científica) lo que nos h...