MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ: ETNOGRAFÍA MURCIANA BIEN NOVELADA.





       La tercera novela de Miguel Ángel Hernández (Murcia, 1977), El dolor de los demás, es una obra literariamente rotunda, con una sólida voz narrativa que nos adentra en las profundidades de Murcia, un territorio que puede parecer alejado de los clásicos de la etnografía, pero que es inmensamente rico en aportaciones culturales. Todo ello a pesar de que el autor quiere contar la historia de un hecho que reclama ser contado, y que ha tardado veinte años en encontrar quién y cómo va a contarlo. 

           Miguel Ángel Hernández vivió en primera persona el hecho que conmocionó a la huerta murciana la Nochebuena de 1995: su mejor amigo mató a su propia hermana y luego se arrojó por un barranco. Este punto de arranque de la novela, lo es también de la historia profesional del autor, profesor de Historia del Arte Contemporáneo en la Universidad de Murcia, que encontraba en la lectura compulsiva y el estudio unos horizontes más abiertos que el pequeño mundo rural que tan bien retrata, en el que los silencios dicen casi más que las palabras. Su carrera se desarrolla en Murcia, pero está abierta al mundo, por su dedicación al arte contemporáneo, y con su faceta como novelista que publica en Anagrama, finalista del XXX Premio Herralde de novela,  y lo que queda por llegar.


                                                            "Miguel Ángel Hernández". E. M. Bueso



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            Si tomamos El Dolor de los Demás junto con las dos primeras novelas, Intento de Escapada y El Instante de Peligro podemos pensar que es algo muy diferente, ya que en las dos primeras el ambiente es urbano y la temática está directamente relacionada con el arte y problemas sociales como la inmigración , mientras que El Dolor de los demás es una historia trágica que sucede a unas personas muy concretas, muy definidas dentro de una comunidad pequeña que no suele tener libros a mano y que saben del trabajo duro del campo, pero escasamente de otro tipo de arte que no sea la imaginería religiosa ligada a las tallas de la iglesia del pueblo. Pero ahondando en la lectura de las obras en conjunto, encontramos algunos elementos que se repiten, como la exploración de la temporalidad, las heterocronías , la multifacética e inestable construcción de la identidad (el narrador adulto, alter ego literario de Miguel Ángel Hernández, tiene asumida en su identidad actual el joven que pierde a su mejor amigo de forma trágica, y además llena de dolor a la comunidad,pero que se transforma de nuevo al enfrentarse a su yo del pasado), la porosidad de las fronteras entre la realidad y las imágenes y sombras, y los sueños que adquieren un papel relevante en cierto momento de la novela,  y un planteamiento ético que en todos los casos nos deja pensando; en este caso es si debemos escribir acerca del dolor de los demás; saber si la escritura es capaz de curar las heridas profundas que dejaron una cicatriz por estar mal cerradas. Miguel  Ángel llega a preguntarse en un momento de la novela si tiene derecho, para aliviar su propio dolor, a remover aquello  de lo que los demás ya no hablaban; aquello que los demás daban por clausurado. Ante esta pregunta, el autor suele responder que la escritura no cura, no es un exorcismo. Pero la lectura y el diálogo generado a partir de la novela sí sirve para mirar el pasado con la distancia del tiempo y los cambios.




      En un momento dado de la novela, está a un paso de caer en la postura de Bartleby de Melville: "I would prefer not to" ( frase que aparece en sus tres novelas; tributo a Melville , pero también a Vila - Matas) ; "I would prefer not to" seguir removiendo aquello que ha permanecido oculto veinte años, hasta que el arte que trabaja con imágenes, con fotos en este caso, como hace Tatiana Abellán, artista que nos presenta en su segunda novela, El Instante de Peligro, borrando fotografías antiguas para dejar lo que queda debajo de ellas, una nueva forma de ver lo infraleve (otra obra de Hernández es Infraleve. Lo que queda en el espejo cuando dejas de mirarte , 2004) hace que se produzca un cambio de gestalt, un nuevo enfoque y categorización de los que es fondo y lo que es figura, que hace que la novela se clausure de una forma inesperada. Este juego de cambiar el enfoque es un recurso que el autor utiliza para hacer su literatura y la metaliteratura  que practica en todos sus escritos, donde se repiten frases como la de Melville ( de una forma muy sutil; citada tan solo una vez en cada obra, pero que confieren un aire de familia al conjunto que lo hacen entrar en la categoría - casi - de trilogía - por el momento), personajes como Marcos y Martín que no son el mismo siéndolo, o el narrador de El Dolor de los Demás, que es Marcos, Martín, pero también Miguel Ángel. O no, porque es también un personaje de ficción que cruza de un lado a otro de la vida y la literatura , entre su blog No(ha)lugar (http://nohalugar.blogspot.com/) y sus novelas; entre El Diario de Ithaca y sus novelas; "entre la autobiografía y la ficción", según expuso en su Cuaderno Duelo de 2006. No hay categorías estables en su universo literario, y ello constituye una gran fuente de riqueza alusiva y un aspecto que le confiere universalidad a una historia tan circunscrita a un tiempo y lugar concretos; la forma de contarlo lo convierte en un hecho mítico , y a la huerta murciana en el decorado donde la tragedia sucede.

       EL DOLOR DE LOS DEMÁS.-

           La realidad se quiebra una madrugada de Nochebuena, cuando oyes sin atreverte a ver la inmensidad de la tragedia, que tu amigo Nicolás ha matado a su hermana, y luego se ha arrojado por un barranco. Nicolás, tu amigo inseparable, con quien están entreverados la mayor parte de tus recuerdos, porque vivís juntos y compartís el universo de la huerta, los juegos, el lenguaje, las costumbres y la vida. Ahora es, además de tu amigo - que has perdido - un asesino . Y un suicida.

Hay que lidiar con ese dolor. En ese momento, el dolor propio.

 Durante veinte años haces muchas cosas en un mundo muy abierto y sugerente. Pero la historia te reclama: "...A mi Rosi la han matado. Y se han llevado a mi Nicolás".Hay un cambio sutil, algo que reclama la atención: ¿quién?¿Por qué? . Los giros no terminan ahí : " (mi mejor amigo)mató a su hermana y se tiró por un barranco" . Estas leves modificaciones de la frase repetida a lo lago de la novela, le confieren, desde el punto de vista técnico, una estructura similar al jazz: esas leves variaciones de la frase es como el tema tocado por distintos instrumentos que entran y salen, haciendo avanzar la melodía o la novela. (1)

    El lenguaje que utiliza es muy claro y exacto, con las palabras justas, en un estilo limpio y directo que puede recordar al de Hemingway. Esta claridad es fruto de un trabajo titánico por usar las palabras más precisas y podar todo lo superfluo para que, hasta el habla de la huerta, sin perder sus señas de identidad, sea comprensible para todos (cuando presentamos el libro en la Librería Códex de Orihuela, el pasado 13 de junio de 2018, Miguel Ángel me decía: "sí, en el libro a la Julia se le entiende", una dura labor de traducción del habla a lenguaje escrito, sin traicionar el vocabulario, giros y expresiones propias de la huerta).


         La novela transcurre alternando dos relatos: el de los hechos del pasado, tal como los recuerda el narrador, y la reconstrucción desde el presente de ese pasado que es memoria. Pero cuando vuelve al pasado para contar la historia, encara los hechos desde otra perspectiva: ya no es el adolescente que vivió el hecho trágico, sino el adulto que siente que debe contarlo, y antes de ello, reconstruir buscando otras voces, otros enfoques del relato. Y ahí volvemos a tener  - como en las otras novelas, como en sus otros escritos - el desdoblamiento del artista y la materia de la que se hace el arte; en el pasado los acontecimientos le sobrevienen; en el presente los busca para enfrentarlos. Y la gran pregunta, la que se hace como persona y como escritor: ¿debo remover el pasado?¿qué derecho tengo yo a contar lo que le pasó a otros y todavía le duele a algunos?.Según Hernández, hay un doble problema: el técnico, cómo contar los hechos que investiga; y el ético: ¿debo contarlo?. El problema técnico es el de la metaficción; el ético es lo que le ha costado mucho dolor personal, pero también - según afirmaba en una entrevista a El Cultural: "este es el libro por el que me convertí en escritor", el que le hizo no disfrutar con la escritura como los anteriores, pero el que necesitaba escribir.



                                                               Imagen de ABC Cultural

      En cuanto a la investigación que emprende, comienza con una reconstrucción de los hechos desde su dolor, su vivencia de amigo del asesino, volviendo a lugares y personas de su entorno, volviendo casi a un territorio hostil por ser "un intelectual". Es significativo cómo lo trata Garre cuando habla con él:

    "Nene -  advirtió mientras yo abría la puerta del coche - si vas a escribir eso, haz el favor de preguntarle a la gente que sabe. No vaya a ser que no te enteres de nada" .(p.38)

     Parece que el autor sea un menor de edad por no trabajar la tierra ni otro oficio manual, y por ello el tono paternalista y protector. Recuerda a cómo los Tiv acabaron explicando Hamlet a Laura Bohannan, y cómo le dijeron que necesitaba aprender cosas de la gente que realmente sabía ( para ver una explicación de esta historia, hay un enlace en este blog:https://anthropotopia.blogspot.com/2013/01/shakespeare-en-africa-compartimos-los.html ).

    Pero reconstruir el pasado no es posible, y además, no lleva a ningún lado, excepto abrir viejas heridas, hacer una performance sin sentido. Y cuando parece que ha sido un propósito inane, se produce el cambio de perspectiva, vemos la carta robada que siempre había estado a la vista: la verdadera víctima ha estado relegada por su cercanía al amigo, y descubrirla será darle un giro a la novela y un desenlace. También así verá a su amigo desde una nueva luz: el amigo es también un monstruo. La Rosi era una presencia velada, la que padece la acción, pero también la que necesita que su historia sea contada. En Intento de Escapada Hernández usa el elemento artístico Iconostasis (2) , una pared que separa la parte sagrada de los templos ortodoxos del lugar donde están los fieles, para protegerlos frente a lo divino, por ser demasiado fuerte, o lo terrible,  para hablar de cómo el arte vela la realidad frente a la vida, lo monstruoso o lo divino. En la historia la monstruosidad de la acción de Nicolás ha velado a la Rosi persona, la Rosi viva. Y ese desvelamiento constituirá la forma de acabar la novela. Y le permite, además, volver a hacer una comparación entre las cosmovisiones de dos épocas: lo que hoy sería tratado como un crimen de género, y la víctima sumada al triste balance anual que ahora visibilizamos, en su época quedó en una sombra en segundo plano  sin otro papel relevante que el de salir de la casa cubierta por una sábana.

          Es, en definitiva, una obra que no se puede someter a la tiranía de una única clasificación, ya que tiene elementos de Bildungsroman - y Kunstelroman, ya que la persona cuyo crecimiento podemos observar es un artista, como teórico en su faceta profesional, y práctico como escritor que busca la mejor forma de escribir la historia que lo reclama -, de novela negra; de autobiografía; de novela de no ficción - muchos la han comparado con A Sangre Fría de Truman Capote, ya que aquí buscamos reconstruir un crimen, de novela gótica incluso por ciertos elementos casi sobrenaturales, etc. La que no admite discusión es la de tragedia, ya que los hechos son terribles, y hay un personaje que alcanza la anagnórisis (3) o descubrimiento que hace el narrador de elementos que habían estado ocultos de la identidad de su amigo, que hacen que su visión de los acontecimientos se presente ahora de forma diferente.


        ..Y como efecto colateral, esta novela ha traído a un inusitado primer plano y como lugar de culto, a un bar como tantos otros de la huerta de Murcia, en el que hay fotos de Miguel Ángel Hernández, y en el que se hablan asuntos importantes dentro de la novela. Su nombre es "El Yeguas", y se está convirtiendo en un lugar de "peregrinación" para los cada vez más numerosos lectores de Hernández. Entrar allí es hacer un viaje antropológico a un mundo que va desapareciendo inexorablemente.

     




OBRAS DEL AUTOR:

- Infraleve. Lo que queda en el espejo cuando dejas de mirarte (2004).
- Cuaderno duelo (2006). Textos "desde la autobiografía a la ficción".
- La so(m)bra de lo real: el arte como vomitorio.(2006).
- 2move:movimiento doble. Estéticas migratorias.(2006)
- Demasiado tarde para volver.(2008)
Roberto Morris.(2010)
- Materializar el pasado: el artista como historiador (benjaminiano)(2012)
- Intento de Escapada.(2013). Anagrama.
- El instante de peligro.(2015). Anagrama. Finalista XXX Premio Herralde.
- Presente contínuo. 2016.
- Diario de Ithaca.(2017)
-El dolor de los demás. (2018). Anagrama.







(1) Los expertos en música a quienes consulté fueron Pilar Fabregat y Miguel Girona. Desde aquí, mi agradecimiento a ambos.

(2) /es.wikipedia.org/wiki/Iconostasio

(3)es.wikipedia.org/wiki/Anagnórisis



Comentarios

  1. Pues yo creo que el mejor halago que se puede hacer a la comentarista de la novela es que la presentación de la misma incita a leerla, a profundizar en la terrible tragedia que narra y a disfrutar, estoy segura, con la arquitectura dramática que sustenta el relato. Angeles Boix es una excelente conocedora de la obra de Miguel ángel Hernández, cuya presencia en Tinieblas nos honra y nos pone en el centro de la actualidad social. Espero que nos animemos todos a leer esta historia escrita desde el corazón de las tinieblas. Enhorabuena a su autor y a Ángeles.

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