TRATADO PARA LA EDUCACIÓN DE UN PRÍNCIPE. Las adaptaciones de Shakespeare en "El rey león" de Disney

Ya hemos visto en numerosas ocasiones anteriores cómo el cine y la literatura son instrumentos muy útiles para pensar la antropología. "El rey león" de los estudios Disney, en su aparente simplicidad infantil, en realidad esconde el análisis de un doble proceso de socialización. Por una parte, del rito de paso de la adolescencia, con la típica estructura de separación, liminalidad y agregación definida por el antropólogo francés Van Gennep en 1909. Por otro, de otra iniciación más compleja y de mayor alcance, la del cambio de estatus en la escala social por la asunción de una posición jerárquica de liderazgo y poder. Relacionado con ello se encuentran el problema del buen gobierno y el esquema de relaciones entre el gobernante y los súbditos, un tema que preocupa constantemente en todas las sociedades. Veremos cómo esos elementos argumentales se desarrollan en torno, al menos, a tres obras teatrales de Shakespeare. En su época, a pesar de la censura isabelina, el binomio gobierno hereditario versus gobierno del más capaz estaba sometido a un intenso pero velado debate social, debido a que la reina Elizabeth I carecía de descendencia y estaba en juego, igualmente, la religión oficial del país. En esta entrada podremos comprobar  cómo el cine no solo deleita  ilustrando sino que también es uno de los más eficaces vehículos para la transmisión de las ideologías.

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Siempre había imaginado que los estudios Disney habían encontrado el argumento de El rey León (1994) en una de esas maravillosas fábulas y leyendas de África, un continente en el que la tradición de contar relatos alrededor del fuego siempre ha estado muy viva. De hecho, la epopeya de Sundiata Keita, un príncipe de Mali que vivió en el siglo XIII, se ha transmitido a lo largo de las centurias gracias a los djelis (bardos). El joven príncipe Sundiata tuvo que marchar al exilio muy joven, entrenándose durante largos años para vengar la matanza de su familia. Con el apoyo de los Manden, se rebeló contra el usurpador Soumaoro. Curiosamente, Sundiata quiere decir “rey león”.
Un referente expresamente aceptado por los guionistas de El rey León es la historia bíblica de José. Este era el favorito de su padre, lo que motivó el odio de sus malvados hermanos. Para hacerlo desaparecer, lo vendieron como esclavo e hicieron creer a su progenitor que lo había matado un animal salvaje. El infeliz José vivió largo tiempo en Egipto olvidado de sus orígenes hasta que se reconcilió con su familia, llegando a ser un personaje principal en la corte del faraón gracias a su habilidad para interpretar sueños, y se convirtió en uno de los grandes patriarcas bíblicos cuya historia prefiguraba de Jesús, entregado a la muerte por sus hermanos y cuyo sacrificio los reconcilió.
¿Kimba o Simba?

A diferencia de la anterior, los estudios Disney no han admitido expresamente la influencia de una película japonesa de animación titulada Kimba. El león blanco, de Osamu Tezuka, basada en una serie televisiva de los años 60 y en la que aparece un pequeño cachorro de león cuyo desafío es hacerse mayor. Tras la muerte de su padre, abandona su tierra acompañado por un pájaro consejero, como Zazu. También aparecen tres hienas-como Bonzai, Shenzi y Ed-, y la imagen del padre de Kimba se aparece y habla a su hijo entre las nubes, como también lo hace el fantasma de Mufasa. Además, el pequeño león blanco sufre un serio peligro por una estampida de animales salvajes, en este caso de antílopes.
En El rey León encontramos igualmente ecos de uno de los mitos egipcios más importantes, el de la muerte y resurrección de Osiris. El malvado dios Seth asesina a su hermano, el rey Osiris, pero su fiel esposa Isis recupera su cuerpo, que Seth había desmembrado y repartido por todo Egipto, concibiendo un hijo póstumo, Horus. El usurpador envía al joven heredero al destierro, del que finalmente vuelve Horus para vengar a su padre, restableciendo el orden en Egipto tras una gran batalla. Esta historia mitológica nos pone directamente sobre la pista de la que es la principal referencia argumental de El rey León, la historia de Hamlet, príncipe de Dinamarca.
Una historia cocida a fuego lento

El guión de El rey León, la cinta número 32 en la filmografía de Disney, se fraguó de una manera gradual, a capas, de ahí que podamos encontrar en él una gama muy extensa de referentes culturales, fruto de la aportación de mentes inquietas y llenas de grandes ideas. Todos juntos consiguieron llevar a cabo la que, en opinión de muchos, es la mejor película animada de todos los tiempos, y el último gran trabajo de animación convencional. Exigió más de un millón de dibujos y en ella se emplearon a fondo 600 artistas. Pero su clamoroso éxito no resultaba tan predecible mientras se elaboraba el proyecto, que los estudios compaginaron con el de Pocahontas. Era esta película, sobre uno de los mitos americanos más conocidos, en la que tenían depositadas sus mayores expectativas de triunfo entre el público. Ya sabemos que el resultado fue justo el contrario.
Africa, personaje principal de El rey león

La idea de rodar una historia de iniciación ambientada en África nació en 1990 y tardó cuatro años en alcanzar su forma definitiva. El rey León se aparta del esquema del típico cuento de princesas: es una de las pocas películas de Disney que tiene un protagonista masculino del reino animal. Por otro lado, no adapta un relato infantil o texto literario previo sino que se basa en un guión original, al que se incorporaron incontables préstamos culturales, de ahí que la idea primigenia se modificara de manera constante. Una parte del equipo viajó a África oriental en 1991 para preparar la ambientación de los paisajes. En contacto directo con el medio ambiente, decidieron dar mayor protagonismo a los animales, a las estaciones y a los ciclos de la naturaleza, con el fuego devorador al que sigue la lluvia que vivifica y renueva, como sucede con el emocionante y esperanzador final. África, con sus estilizados y subyugantes paisajes, los serenos cielos nocturnos, las llanuras ocres del Serengeti y los luminosos verdes de la selva, se convierte en un personaje más de la película, silente pero fundamental, aunque es cierto que su imagen está filtrada por la mirada occidental. Es más una experiencia estética que un continente real. Pongo el enlace al ciclo de la vida: https://www.youtube.com/watch?v=M7TRx8MoXAc

También en ese viaje a Kenia se incorporó la idea del Hakuna Matata, una expresión swahili que invita a vivir despreocupadamente, así como los enigmáticos mantras que repite el sabio Rafiki, tomados de una canción que cantaba el guía de la expedición cuando era niño ("asante sana, squash banana, we we negu, ni ni apana".)


Hamlet en la sabana
Para dar una idea de hasta qué punto varió el proyecto inicial con las sucesivas aportaciones, basta decir que, en el primer esbozo, Simba permanecía en la manada tras la muerte de Mufasa, y, además, Scar no era pariente suyo. Pero los guionistas se dieron cuenta de que, si lo convertían en tío suyo, el argumento se transformaba súbitamente en un Hamlet de la jungla. Con ello se inició el proceso de aproximación a la primera y principal de las adaptaciones shakesperianas en El rey león. En cualquier caso, no deberíamos buscar una trasposición fiel y exacta, puesto que resulta obvio que un cachorro de león en tierras africanas, en principio, no tiene demasiado que ver con un príncipe heredero en la Dinamarca medieval. Sin embargo, sí existen inequívocas referencias a la trama de Hamlet
En primer lugar, encontramos un hermano postergado en la línea sucesoria, celoso del legítimo detentador del poder real, que mata al monarca para apartarlo del trono. En el caso de El rey león, utilizando a su hijo como inconsciente instrumento para su muerte. El traidor Claudio, además de hacerse con el poder, se adueña de la reina Gertrudis, lo mismo que Scar somete a sus designios a la orgullosa Sarabi. Éste es un extremo que aparece más claro en el musical que en la película, lo que no debería extrañarnos porque en esta los destinatarios principales eran los más jóvenes de la casa. 
Como le sucede a Hamlet, Simba sufre un importante trastorno emocional a raíz de la muerte de Mufasa. 
Ambos protagonistas tienen un fuerte sentimiento de culpa: Hamlet porque demora la venganza que exige el fantasma de su padre hasta estar bien seguro del crimen supuestamente cometido por su tío; Simba, porque se siente el único causante de la muerte de su amado progenitor. En las dos historias la acción contra el usurpador se precipita por la aparición del espectro del padre asesinado. También existe en ambas obras una consecuencia moral asociada a la ilegítima usurpación que altera el orden de sucesión regia: en el caso de Hamlet, el mal gobierno de Claudio acarrea la guerra con la vecina Noruega; en El rey león, la batalla final se entabla entre Scar y su cortejo de hienas contra los leones y los demás animales fieles a la legitimidad dinástica de Simba.
La referencia a Hamlet llega a ser tan explícita que, cuando se encuentra en su reino de muertos en el cementerio de elefantes, Scar parodia con el cráneo de un antílope la famosa escena del monólogo del "to be, or not to be" que pronuncia el príncipe danés (en escena, no en la obra teatral) ante la calavera del bufón Yorick.
Una zona de sombra
Se ha intentado trazar otras correlaciones entre los personajes de El rey león y los de Hamlet, pero son mucho más difusas. Así, Zazu podría ser el verboso Polonio, padre de Ofelia y consejero real. Nala sería la novia de Hamlet, Ofelia, pero aquí no hay suicidio. Antes bien, Nala es una princesa valiente y orgullosa que rescata a Simba de su inconsciencia juvenil. Pero, sobre todo, las mayores dificultades se han producido a la hora de intentar asimilar a los inefables Timón y Pumba, esenciales en el desarrollo de la historia, a algunos de los personajes del drama shakesperiano. Se ha entendido que serían una extensión de Horacio, el mejor amigo de Hamlet. Otros intentan relacionarlos, forzadamente, con Rosencratz y Guilderstein, compañeros de correrías del príncipe en sus años de estudiante universitario. 
Pero la asimilación falla por completo en ambos casos, puesto que el peculiar carácter de la pareja que forman el suricato y el facóquero no puede encuadrarse, ni siquiera de forma aproximada, en esos referentes. Entre otras cosas, porque Rosencratz y Guilderstein se prestan a espiar el comportamiento de Hamlet por orden de su tío Claudio, que pretende utilizarlos para deshacerse de su sobrino enviándolo a Inglaterra con la orden de que, nada más desembarcar, sea asesinado. Hamlet se malicia la treta y la neutraliza, deshaciéndose de sus ex colegas. Por ello, es forzoso admitir que, en realidad, la inspiración para estos dos inolvidables personajes, Timón y Pumba, se encuentra muy lejos de Hamlet aunque todavía dentro de la producción teatral del Bardo. No debe extrañarnos que los apasionados comentaristas de El rey león, en general, no se hayan percatado de ello, puesto que los referentes ahora proceden de argumentos mucho menos conocidos por el gran público que la celebérrima historia de Hamlet.
Simba, o el joven príncipe Hal en la selva

Campanadas a medianoche, Orson Welles
Estudiando el argumento de las obras históricas de Shakespeare, entre ellas las que se refieren a Enrique IV y Enrique V, me sacudió la idea de que la fuente de inspiración de esta parte de El rey león, una vez que Simba se encamina a su voluntario destierro, era la figura del príncipe Harry o Hal, el futuro Enrique V, un joven tarambana que encuentra como mentor al panzudo y juerguista Falstaff. De manera incuestionable, esta es la figura a la que mejor se ajusta Pumba, que incluso se parece físicamente a Falstaff con su desproporcionado cabezón y cuerpo fachendoso. En un momento determinado, el príncipe Hal obsequia a su "padre adoptivo" con el cariñoso apelativo de "cerdo seboso".
Debemos advertir que estas dos influencias teatrales, Hamlet y Enrique IV, introducen también dos argumentos diferentes en la trama de El rey león. La primera es la historia de amor entre un padre y su hijo que se prolonga más allá de la muerte. La segunda, un relato de maduración personal, de desarrollo de la propia identidad. En la fase inicial, el cachorrillo Simba apenas puede esperar el momento de llegar a ser rey. Su impaciencia es mucho más patente en la letra original de la canción: "I just can´t wait to be a king", no puedo esperar a ser el rey. En castellano, ese ansioso deseo por reinar se ve más atenuado al traducirse como "Yo voy a ser el rey león", refiriéndolo al futuro.Pongo el enlace: https://www.youtube.com/watch?v=KehoYi30Edg
Pero en todo caso queda claro que Simba, como todo niño, acepta mal los consejos y los límites que le imponen su padre y el fiel Zazu con el fin de convertirlo en un monarca sensato y respetado. Antes al contrario, a Nala y a Simba les atrae el peligro y lo prohibido. Scar, todo cerebro y cero músculos, es un sutil psicólogo que manipula a placer a su incauto sobrino hasta convertirlo en el autor instrumental de la muerte del poderoso Mufasa, al que tanto teme. Una vez que Scar instila en Simba un sentimiento de culpa insuperable, al susurrarle al oído-como el veneno que vierte Claudio en la oreja de su hermano-, que es el único responsable de la muerte de Mufasa y que, si se atreve a volver, será castigado por ello, la historia de venganza de Hamlet se transforma en lo que de verdad pretendía ser El Rey León, un estudio acerca de la complejidad del proceso de convertirse en adulto y asumir la responsabilidad del lugar que debemos ocupar en el mundo, el ciclo de la vida al que alude la canción que abre la película. El pequeño Simba huye cobardemente de sus remordimientos y de sus obligaciones como heredero real, y decide pasar su vida divirtiéndose junto a Timón y Pumba. Con ellos disfruta de las fantasías de abundancia sin límites de una fértil naturaleza, de la idea de libertad y camaradería sin cortapisas con estos dos expulsados de la sociedad, que viven solos y despreocupados, ajenos a toda complicación social, como sería la estructura jerárquica, los rituales y las intrigas en la corte del rey Mufasa. 

El romance y la comedia pastoril
Aquí podríamos introducir una nueva conexión con el teatro de Shakespeare, la comedia que toma elementos del género pastoril, como podría ser Como gustéis, una obra cuyo punto de partida son los conflictos derivados del derecho de primogenitura, que es también el detonante de la trama en El rey león. En concreto, uno de los dos conflictos que se exploran en As You Like It se refiere a un duque desposeído por su hermano más joven, nuevamente como en la obra de Disney.
La comedia pastoril, un elemento integrante del romance, se caracteriza por una visión idealizada del mundo rural, contraponiendo la sencillez de la naturaleza a la hipocresía y complejidades de la vida urbana. Pero esa crítica solo puede realizarse por quienes han salido del marco social que es consustancial a los seres humanos- de los que los personajes de El rey león son un trasunto-y llegan a ver sus defectos desde fuera, en el exilio, como les sucede a Timón y Pumba, y al propio Simba cuando se les une. Un aspecto más de esa comedia pastoril aparece en la exploración del sentimiento amoroso en un entorno alejado de toda preocupación. El reencuentro de Simba y Nala en la maravillosa escena de "Es la noche del amor" es un ejemplo perfecto de ese mágico idilio pastoril. Aquí tenéis el enlace:  https://www.youtube.com/watch?v=Mj5GkCcEHdE


Como en la estructura de las comedias shakesperianas, hay también en El rey león una situación inicial de alteración del orden natural y previsible de las cosas, como es la legítima descendencia real; todas las peripecias de la historia giran en torno a ese acontecimiento traumático, bordeando con frecuencia lo dramático pero trabajando sus aspectos desde la mirada irónica. El desenlace devuelve al protagonista al lugar que le correspondía y del que había sido injustamente privado, premiándolo con gran abundancia de bienes, como es aquí el amor de Nala, su madre y su pueblo, la recuperación plena de las Tierras del Reino con la clamorosa derrota de Scar y sus secuaces, que ejecutan la venganza contra el taimado tío, y el nacimiento de una heredera. En el camino hasta llegar a este momento de plenitud y justicia restaurativa, los personajes experimentan un proceso de crecimiento personal. El rey león es un bildungsroman, una historia de formación con viaje lejano incluido.También en la comedia de Shakespeare el protagonista se ve apartado de su entorno familiar o social, en la corte o en la ciudad, con frecuencia debido a la usurpación del poder por parte de un tirano, debiendo escapar a un territorio desconocido o a un paraje remoto en busca de refugio. Con ello se produce una contraposición entre el ámbito urbano o cortesano y el espacio alternativo en el que el protagonista se oculta, y ese cambio de lugar, con la necesidad de adaptarse a esa situación de incertidumbre, repercute directamente en la transformación que experimenta y que le hace merecedor del happy end. Finalmente, se contraponen los personajes nobles con otros de clases inferiores que desempeñan los papeles cómicos, como en este caso Timón y Pumba, que cumplen bien el característico rol del fool o bufón, atreviéndose a decir lo que los demás callan ante los poderosos.Con frecuencia son dos los personajes quienes aportan, en las obras de Shakespeare, la perspectiva crítica a la hipocresía social y los excesos del poder, cada uno desde una perspectiva distinta, lo que cuadra a la perfección con estos dos outsiders de la selva. Resulta evidente que los creadores de la película cogieron un manual de teoría literaria sobre la obra del genio inglés y, con un considerable talento, lo aplicaron de la A a la Z.
Ritos de paso
Pero volvamos a un momento anterior. Como el príncipe Hal con el transgresor Falstaff- que para redondear aún más el correlato, llama a su pupilo "cachorro de león"-, en compañía de Timón y Pumba, Simba se olvida totalmente, por un tiempo, del discurso aburrido y serio acerca de la autoridad y del poder con el que continuamente le amonestaban su padre y Zazu. A lo largo de esa maravillosa secuencia del Hakuna Matata, lo vemos transformarse ante nuestros ojos, gradualmente, de un cachorro apesadumbrado al típico zángano adolescente de melena desordenada. El ejemplo de Simba no es, solamente, el de un heredero real sino el de cualquier joven experimentando la dolorosa pero fascinante metamorfosis de la adolescencia.
Un mundo al revés

Como Falstaff, Timón y Pumba se burlan del poder y responden a las presiones de la sociedad atrincherándose en su personal isla de diversiones y en una bacanal de bebida y comida. Su ley es hacer en cada momento lo que más les apetece. Su universo es un reflejo invertido de la realidad monárquica de la que procedía Simba. Si antes el heredero estaba rodeado de príncipes con ambiciones de poder ocultas, consejeros reales y sabios de la corte, y se hallaba sometido al dictado del ciclo de la vida - un trasunto de la Gran cadena del ser, que colocaba al rey en la cúspide social-, junto a Timón y Pumba se entrega a los anhelos irresponsables de su infancia, los del rey caprichoso y juguetón al que, en su inconsciencia y egoísmo infantil, aspiraba a convertirse. Pero ese tiempo de amistad y confraternización con Timón y Pumba, símbolos del pueblo llano en el mismo sentido que lo era Falstaff, no es un tiempo perdido sino que sirve a los dos herederos reales, Hal y Simba, para integrar los afanes contrapuestos que luchan en el interior de cada persona (los deseos egoístas contra el sentimiento del deber), y para ser más conscientes de la auténtica exigencia del elevado rango de un monarca, que nunca puede ser el poder por el poder, como persigue el odioso Scar- un trasunto de Ricardo III o incluso de Macbeth-, sino el poder al servicio de los súbditos. 
El retorno al orden

En el período en que Hal y Simba permanecen apartados de la corte, adiestrados por su respectivos mentores estrafalarios, experimentan un auténtica iniciación para alcanzar un nivel superior de consciencia. Durante esa fase, ambos maduran su personalidad hasta reconocer y asumir sus obligaciones regias. 
“Recuerda quién eres”, le dice el fantasma de Mufasa. Aquí también encontramos una evocación de la ideología del parentesco, la fuerza de la sangre que llama al encuentro con la familia. Lo podemos ver muy claramente en la canción "El vive en ti" : https://www.youtube.com/watch?v=o1KJbz-bq2E
En Edipo rey  de Sófocles toda la tragedia gira en torno al problema de que el protagonista no sabe quién  es en realidad, y el camino hacia el desvelamiento es doloroso. Aristóteles teorizó sobre este importante aspecto en el teatro y lo llamó anagnórisis. En muchas de las obras teatrales de Shakespeare ese autodescubrimiento es un elemento nuclear, ya sea en la tragedia o en la comedia. También se incorporó este préstamo shakespeariano a El rey león.
A diferencia del padre de Hamlet, Mufasa no exige venganza por su muerte sino que Simba vuelva para asumir su liderazgo. Las enseñanzas del padre dieron su fruto, a pesar de todo. Simba siempre fue consciente de su identidad real, sólo que estaba dormida. Como le contara su padre en su período de enseñanza, los grandes reyes del pasado, sus predecesores, lo observaban desde las estrellas. 
Pero igual que Hamlet, Simba demoró su reacción todo cuanto pudo. Cuando Nala le afea su conducta, su locura e inconsciencia al dejarlos tanto tiempo en manos de las hienas, que han arruinado el reino, decide superar su miedo y su vergüenza y entrar en acción. Ya se había disgustado con las burlas al poder de sus antepasados por parte de Timón y Pumba, como también lo hace en su fuero interno el príncipe Harry con los delitos de Falstaff. En la gran batalla final que precede el final tanto de Enrique IV segunda parte como de El rey león, participan los dos grandes amigos de Simba, lo mismo que sir John Falstaff, de manera jocosa en ambos casos. Para derrocar a Scar, Timón se disfraza de hawaiana y baila el hula hula. 
Falstaff, un cobarde simpático, simula estar muerto y, cuando el príncipe Hal derrota a su enemigo, Henry de Northumberland, pretende que él ha sido el autor de esa hazaña. Una vez que se convierte en rey, con el nombre de Enrique V, este no duda en desterrar a su antiguo maestro porque el deshonor y la juerga no tienen lugar en su corte, aunque le otorga una modesta pensión para que pueda vivir. El viejo gordinflón no es capaz de sobrevivir al desengaño. El rey le ha roto el corazón. En El rey león tampoco Timón y Pumba poseen un papel en el gobierno de las Tierras del Reino, donde permanecen sin cargo oficial.
Al final podemos hacer extensiva a El rey león la reflexión de Arthur L.Little sobre Enrique V: ambas obras se nos muestran como un tratado popular sobre filosofía política. Shakespeare, que sin duda conocía El príncipe de Maquiavelo, propuso como el mejor modelo de gobernante al que conoce y ama a su pueblo, no al que lo atemoriza para ser obedecido.
Aún podríamos argumentar que la correlación entre Falstaff y Timón y Pumba tampoco es absoluta, y sería cierto. En ello interviene otra tragedia shakespeariana: Timón de Atenas, que presenta un personaje despreocupado que se convierte en un misántropo apartado de la sociedad después de sus desgracias. Los guionistas de El rey león incluso tomaron prestado su nombre para otorgárselo al simpático suricato. Timón y Pumba se convierten en el característico dúo cómico de personalidades contrapuestas pero complementarias.
El rey León para mayores de 18 años
No quisiera dejar pasar esta ocasión para hablar de la forma en que todos esos referentes culturales se plasmaron en otro nivel de lectura de la historia de El rey león. Como las buenas películas, esta tiene una interpretación infantil pero también alberga mensajes ocultos para los mayores. En ese sentido, es preciso hacer referencia a un momento clave de la película, cuando Scar anuncia sus perversos planes políticos mediante la canción “Preparaos”. https://www.youtube.com/watch?v=Bv3uPF9ECF4
Esta pieza es clave para entender el subtexto político del filme, lo que, no sin razón, se ha llamado la aportación de los estudios Disney al esfuerzo bélico norteamericano. Scar aparece en lo alto de una roca presidida por la media luna del islam, pasando revista a las tropas de hienas que desfilan marcialmente al paso de la oca, con inequívocos símbolos nazis. En 1990, Irak, gobernado por Saddam Hussein, invadió Kuwait. Tras ello, por iniciativa de George Bush padre, se produjo el despliegue en la zona de las tropas angloamericanas. Poco después tuvo lugar la conocida operación "Tormenta del desierto", que siguieron con todo detalle los medios de comunicación. Estos hechos coincidieron temporalmente con la fase de elaboración del guión de El rey león, por lo que no resulta extraño que se quisiera poner al gobierno iraquí como ejemplo de amenaza para la democracia, añadiendo como símbolos para este mensaje los del nazismo, el ejemplo más obvio de amenaza para la libertad que recuerda el mundo occidental. Curiosamente, Disney había elaborado en 1943 un corto de 10 minutos con el título Educación para la muerte, que contaba otra historia de iniciación, la de un niño alemán, Hans, que aprende a la fuerza a convertirse en un perfecto nazi. 

Education for Death
El corto mostraba cómo ese aprendizaje comprendía todo lo contrario a los principios democráticos. "Alemania gobernará el mundo",-era el mensaje-, y convertirá a todos en sus esclavos. Sin duda estaba ahí también la ley de la selva, la darwiniana supremacía de los más fuertes. Estéticamente el corto combinaba las clásicas características de la animación Disney con rasgos tomados del estilo grandilocuente de Leni Riefensthal, cineasta afín al régimen de Hitler. Así, para mostrar la visión del mundo en la Alemania nazi, Educación para la muerte se inspiraba en El triunfo de la voluntad (1934), una película propagandística de la apoteosis del partido nacionalsocialista en Nuremberg. Se ven uniformes de la Wehrmacht, una pila de libros ardiendo, una partitura del judío Mendelssohn en llamas, la Biblia que se transforma en el Mein Kampf, un crucifijo transmutado en una brillante espada adornada con una esvástica, una vidriera de iglesia rota, que alude a la noche de los cuchillos largos… Con sus radicales innovaciones técnicas y estilísticas- encuadres y ángulos extremos, altos contrastes, profundidad de campo, simetrías, arquitecturas monumentales, Riefensthal exaltaba la mitología nazi. Pongo el enlace para ver el corto: https://www.youtube.com/watch?v=l14WDZCnz-w . También se observan esos rasgos estéticos en la escena de "Preparaos", con sus escenarios desmesurados. Para reforzar los paralelismos que venimos comentando, no resulta desdeñable el hecho de que Educación para la muerte volviera a proyectarse el mismo año que se estrenó El rey león.
En definitiva, se trata de una gran película que en absoluto puede considerarse una simple historia para los más pequeños, sino que es un auténtico tratado acerca de la educación de un buen príncipe y, de manera más general, de unos buenos hijos pero en la que no faltan consignas ideológicas.
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Como hice en la publicación original en el Blog Anthropocinema, me gustaría dedicar esta entrada a María Lorenzo Hernández, directora de cortos de animación recientemente nominada en los premios Goya por su estupenda obra La noche del océano. María Lorenzo me invitó, hace tiempo, a escribir sobre El rey león. Está claro que intuía que, debajo de una superficie aparentemente poco compleja y convencional, se escondía en esa obra mucha filosofía e ideología ocultas, de ahí que me animara a reflexionar en profundidad sobre la materia. Cuando descubrí las conexiones con Enrique IV, que también han visto los mejores comentaristas de El rey león, me animé a llevar a cabo el proyecto. Espero que el resultado os sorprenda y os agrade.

María Lorenzo con su productor, Enrique Millán, en la ceremonia de los Premios Goya 2016 
Fuentes consultadas:
-Shakespeare, William: Enrique IV. En Obras Completas, vol. I. Ed. Aguilar, 2007
-De la Concha Muñoz, Angeles; Cerezo Moreno, Marta:Ejes de la literatura inglesa medieval y renacentista. Ed. Universitaria Ramón Areces, 2011.
-Finkelstein, Richard: Disney Cites Shakespeare: The Limits of Appropriation. En Shakespeare and Appropriation, 1999.
-Modenessi, Alfredo Miguel: Disney´s War Efforts: The Lion King and Education for Death; or, Shakespeare Made Easy for Your Apocalyptic Convenience. En Apocalyptic Shakespeare: Essays on Vision of Chaos and Revelation in Recent Films Adaptations, 2009.
-Brenca de Rússovich, Rosa María: Falstaff ¿personaje cómico?Web. 19-2-2016.
-McElveen, Trey: Hamlet and The lion King: Shakespearean Influences on Modern Entertainment. 17-4-1998. Web. 19-2-2016.
-The Lion King: Hamlet without Hamlet. Web. 19-2-2016.
-The Lion King and Hamlet: Similarities and Differences. 23-10-2015. Web. 19-2-2016.
-The Lion King: The Seven Standars of Disney.Web. 19-2-2016.
-El Rey León (Roger Allers y Rob Minkoff, 1994). 15-12-2011.Web 14-2-2014.
-El rey león 3D, excelsa obra de animación. Cinéfagos.21-12-2011.Web 14-2-2014.
-El rey león. Wikipedia. Web.14-2-2014.
-Sundiata Keita. Wikipedia. Web. 19-2-2016.

-Welles, Orson: Campanadas a medianoche, 1961.DVD.

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