LA CONDICIÓN HUMANA: INMIGRANTES

                                                                                               ANGELES BOIX


    Hace unos años se difundieron en todos los medios de comunicación imágenes de inmigrantes sirios, afganos, iraquíes y de otros lugares luchando en Macedonia por subir a un tren que los llevara hacia Hungría, y de allí, hacia Alemania o Suecia, principalmente. De no haber sido porque las imágenes eran en color, parecían sacadas de la II Guerra Mundial, con miles de judíos hacinados en trenes hacia ninguna parte. Los trenes de ahora, como las embarcaciones atestadas y peligrosas, e incluso las caminatas van dejando un tremendo rastro de vida, de sangre, de esperanzas rotas, y hacen que afloren en nosotros, quienes vivimos en las costas o las tierras adonde ellos llegan - o se estrellan, o los arroja el mar - sentimientos encontrados: por una parte, miedo a "los otros", con discursos inflamados de "lo nuestro" y apelaciones a identidades construidas sobre un color de piel o sobre un dios al que orar, miedos que se hacen sólidos en forma de muros y cuchillas para impedir el paso o en una subasta de número de refugiados que cada país quiere aceptar. La otra parte es la inmensa ola solidaria que ha surgido espontáneamente entre la gente de la calle, quienes han ofrecido casa, alimentos y ayuda a aquellos que la necesitan. En España, no hace todavía 100 años la situación era igual de desesperada y la gente salía de sus fronteras buscando la simple opción de seguir vivos.
     La pregunta esencial es: ¿por qué tantas personas abandonan lo que hasta ahora había sido su mundo, su pasado, sus pertenencias, su ideal de vida y se han lanzado a la deriva, a un viaje largo, incierto, peligroso? Las razones son siempre la desestabilización de un modo de vida en el lugar de origen. Es la repetición del primer viaje de la Humanidad, la salida de África, entonces obligados por cambios climáticos, y ahora, sobre todo, a la acción de los seres humanos; a la codicia fundamentalmente.



1.- LAS UVAS DE LA IRA, NOVELA DE JOHN STEINBECK.- 

         En Las Uvas de la Ira John Steinbeck narra la historia de la familia Joad, granjeros de Oklahoma que,tras el crack de 1929 y la subsiguiente crisis (La Gran Depresión), son expulsados de sus tierras , como otros cientos de miles, debido a los cambios productivos habidos tras el fracaso del modelo anterior. Steinbeck narra con gran maestría cómo llegan los tractores a las tierras, aran en línea recta cegando pozos y destrozando casas y graneros , y cómo el trabajo de muchas manos durante mucho tiempo es realizado en muy breve lapso por una máquina conducida por un único hombre. La producción a gran escala entiende de números, no de formas de vida. 

      El verdadero cambio se da en la propiedad de la tierra: las tierras de los granjeros - que ellos mismos habían arrebatado a los indios nativos, tal como se jacta el abuelo Joad - ya no les pertenecen a ellos , sino a los bancos con los que habían suscrito pólizas de seguros y a las grandes compañías que éstos sostenían y fomentaban. Desposeídos de la tierra, los granjeros ya contaban únicamente con su fuerza de trabajo, que tenían que vender a quien quisiera tomarla a cambio de un salario. Los granjeros comienzan entonces un éxodo en busca de estas oportunidades, que una gran mayoría ve en California, ya que desde que los tractores llegaron, los pueblos se fueron llenando de unos papeles de color naranja donde se ofrecían puestos de trabajo bien pagados en California, una gran cantidad de ofertas de trabajo, un polo de atracción magnético para familias que ya no tienen nada que hacer ni tierra a la que explotar en su lugar de origen. California, cálida y fértil se convierte en el Dorado de la generación de la Gran Depresión, en el sueño dorado y cálido que acabará con la pesadilla que están viviendo. Unos sueños tan ilusorios como los de miles de inmigrantes de nuestros días que, tentados por dudosas ofertas de trabajo en "el primer mundo" como camareros o dependientes,acaban en las garras de redes de prostitución o extorsión.

2.- ANÁLISIS ECONÓMICO .- 

 El economista húngaro Karl Polanyi en La Gran Transformación , publicado en 1944 (hay otra referencia a este autor en la entrada de este blog , precisamente analizando otra obra de Steinbeck, La Perla : http://anthropotopia.blogspot.com.es/2012/11/colonialismo-y-economia-en-la-perla-de.html ) trata de la implantación de la economía de mercado en Inglaterra y la gran transformación que produjo en el mundo occidental. En ella  habla de cómo el capitalismo ha creado tres mercancías ficticias:tierra, trabajo y dinero, las cuales, desposeídas de su significado originario, mueven el "molino satánico"que hace girar el mundo continuamente sin moverse del lugar y cómo todo se convierte en mercancía en beneficio del capital.

   El ex ministro griego Yanis Varoufakis en su obra El Minotauro Global, analiza la crisis de 2008 y la compara con la de 1929, y tiene ciertos puntos de encuentro con el análisis de Polanyi. Varoufakis hace un texto provocador donde la mitología es una guía, una gran metáfora para explicar la situación económica que ahora vivimos, con sus grandes movimientos migratorios incluidos. 


   El Minotauro cretense es un ser mitológico nacido de Pasifae, la esposa del rey Minos de Creta, y de un toro que Poseidón había regalado a su esposo, bajo promesa de sacrificarlo. El rey no lo sacrifica, y como venganza de Afrodita hace que Pasifae tenga amores con el toro, y de ellos nació el Minotauro, que se hacía más fuerte e incontrolable cuanto más crecía. Para evitar sus desmanes , el rey Minos le pide a Dédalo que construya un laberinto para mantenerlo cautivo. Pero el monstruo debía ser alimentado con carne humana, que pagaba Atenas como tributo a Creta, mandando jóvenes para ser servidos como ofrenda. La historia acaba con la inteligente Ariadna dándole a Teseo la clave para poder adentrarse en el Laberinto, acabar con el Minotauro y salir victorioso de él.

     Varoufakis analiza las crisis del 29 y 2008 como crisis no estrictamente atribuibles a la propia lógica interna del capitalismo, tal como había explicado Marx. Según Marx, en su análisis del modo de producción capitalista, este sistema está abocado a sufrir crisis cíclicas debido a la superproducción de mercancías; el propio capitalismo está preparado para absorber estos excedentes mediante unas crisis que, según el filósofo serían cada vez más frecuentes, hasta que, en su propia visión, el proletariado fuera capaz de unirse y hacer la revolución que llevara al fin de este sistema. Según Varoufakis en las crisis de 1929 y 2008 han entrado en juego elementos ideológicos ficticios como el dinero y la propiedad en la del 29, y la gestión de los riesgos en la segunda. Lo que Polanyi denominaba "molino satánico", lo ejemplifica Varoufakis con el mito clásico del Minotauro. Según el economista griego, EEUU creó un monstruo, sus dos déficits, el comercial y el financiero tras la Segunda Guerra Mundial, cuando se eliminó el patrón oro y el dólar pasó a ser la divisa de referencia internacional, e ideó una forma en la que el mundo le pagara tributos en forma de dinero (como la vida de los jóvenes atenienses para el monstruo cretense): creó mercancías ficticias como la gestión del riesgo (los seguros en general). Y también puso a unas doncellas a trabajar para mantener al monstruo en su laberinto, alimentado y bajo control, pero siempre creciendo y haciéndose fuerte.  Este mecanismo mantenía los déficits de Estados Unidos direccionando capital directamente a los Estados Unidos y haciendo crecer en el mundo la demanda de los productos manufacturados "made in USA". También servía para reciclar excedentes. Hasta que en 2008 la venta masiva de productos tóxicos y ficticios acabó con el Minotauro Global. 

     Las cuatro doncellas que cuidaron y mantuvieron al Minotauro contemporáneo son: 

 1.- Wall Street y su gestión de el dinero como una mercancía puramente ficticia, un mundo desregulado donde la especulación es la nota dominante, y hacia donde se dirigen grandes oleadas de capital mundial al haber crecido su fama de sistema seguro y de rápidos beneficios.

2.- Un nuevo sistema laboral y de conglomerado de empresas, con Walmart a la cabeza, donde los precios son bajos, pero gracias a unos salarios más bajos y para satisfacer la demanda de una clase social media que cada vez tiene menos poder adquisitivo, pues sus salarios también han disminuido. La relación con el trabajador es la de aparentar que está asociado, pero esconde unos horarios extendidos y una precariedad grande.

3.- La ideología del "goteo", o la extensión de la idea de que la concentración de riqueza en unas pocas manos hará que ésta vaya llegando hasta las clases más pobres, dado que ellos son los que crearán trabajo y harán circular el capital en todos los estratos de la sociedad.

4.- Lo que Varoufakis denomina "la teoría económica tóxica", o el neoliberalismo radical, el que no quiere oír hablar de ninguna intromisión estatal ni mundial, que únicamente se rige por la oferta y la demanda y se esconde detrás de grandes cifras macroeconómicas, y que, totalmente desregulado, llenó el mercado de productos tóxicos.



   Esta última "doncella" descansa sobre una visión decimonónica como es el darwinismo social, una falacia naturalista que pretende que lo que en el campo de la Naturaleza se muestra como una ley universal - la lucha por la supervivencia ante la escasez de recursos de los organismos más adaptados para ello -  también lo sea en el plano social, es decir, suponer que en la sociedad hay una lucha por hacerse con los recursos, y aquellos que consiguen hacerse con mayor cantidad de ellos son los más aptos para estar en las posiciones más elevadas. La clave de esta falacia es confundir el grado de determinismo que podemos encontrar en la Naturaleza, y que nos permite enunciar leyes generales con lo que sucede en el campo de las acciones humanas, fruto de nuestra libertad, de unas acciones en las que intervienen las decisiones particulares, pero también la interacción entre ellas; no en vano los alemanes denominan Geisteswissenschaften a las Ciencias del Espíritu, lo que nosotros llamamos Ciencias Sociales, entre las que se cuentan la Economía, la Historia o la Sociología, todas ellas implicadas en esta falacia.Y los partidarios del darvinismo social olvidan un aspecto esencial de la evolución humana: la solidaridad como comportamiento eficaz para la supervivencia del grupo, tal como demuestra la existencia de cráneos de ancianos desdentados, como el de la cueva de Dmanisi (Georgia), un ser incapaz de sobrevivir por sí mismo sin la ayuda de otros miembros del grupo, o el caso de la "pequeña Benjamina", fósil de la Sierra de Atapuerca, que con una gran deformidad en su cráneo logró sobrevivir, suponemos que ayudada por el grupo ( un análisis más completo de este caso se encuentra en este blog, en la entrada : http://anthropotopia.blogspot.com.es/search/label/Benjamina).

3.- LAS UVAS DE LA IRA Y LA INMIGRACIÓN CONTEMPORÁNEA: LOS EXCEDENTES DE LA GLOBALIZACIÓN.- 

   La historia que Steinbeck narra - y que posteriormente John Ford llevó al cine en una gran película : 
http://anthropocinema.blogspot.com.es/2015/09/las-uvas-de-la-ira-john-ford-1940.html - es la historia de un gran movimiento de masas dentro de los Estados Unidos en la época de la Gran Depresión (década de los 30 del siglo XX) buscando oportunidades de vida, un sitio y un modo de vida donde reubicarse aquellos que lo perdieron todo debido a la especulación y una transformación brutal en el sistema productivo. Actualmente se mueven millones de personas, no solo dentro de fronteras nacionales, sino de un punto al otro del planeta, buscando tanto una forma de vida como huyendo de conflictos, guerras y desastres naturales. 

   Este caso tiene ciertas similitudes con la emigración masiva hacia Estados Unidos, sobre todo durante la segunda mitad del siglo XIX y  las dos primeras décadas del siglo XX, así como los años posteriores a la II Guerra Mundial, pero con la gran diferencia que entonces Estados Unidos era un país joven que se industrializaba a pasos agigantados y que,consiguientemente necesitaba una ingente cantidad de mano de obra, en el mundo actual encontramos que lo que sobra es mano de obra, ya que los avances tecnológicos la hacen cada vez más innecesarias, y el gran capital busca implantar sus empresas en lugares donde cada vez los salarios son más bajos y hay que respetar menos derechos laborales y medioambientales.Se ha generado un excedente de personas que el sociólogo Zygmunt Bauman describe en Tiempos Líquidos como "residuos humanos", poblaciones "superfluas" de emigrantes, refugiados y parias, consecuencia de la modernidad "líquida".Estas personas ya no pertenecen a un lugar, ni al de origen, que está destruido o arrasado económicamente, agostado y que ya no provee de alimento y refugio seguro a sus habitantes, ni tampoco a ningún destino acogedor y que los integre. Carecen de tierra o mar que explotar para ser autosuficientes, y que suelen pasar mucho tiempo en refugios y campos creados ad hoc con la intención de ser temporales  - como los Hoovervilles descritos por Steinbeck en la novela que nos ocupa - , pero que se cronifican y pronto se olvidan, ya que no votan ni consumen. Se convierten en no-lugares de personas desposeídas de todos sus derechos, y que se usa por parte del poder político como una amenaza para el mundo sólido, estable y ordenado, ya que los convierten en una amenaza, lanzando discursos en los que se nos asusta diciendo que vienen a quitarnos lo que tenemos y que si no nos protegemos, se quedarán con nuestro trabajo y nuestras posesiones, y así, de paso, nos venden carísimos sistemas de protección y vigilancia, o bien reclamando leyes  que coarten nuestras libertades a cambio de mantenernos a salvo y alejados de "los otros". Esos "otros" son como los Joad de la novela, y la descripción de cómo se sienten al llegar a California, calificados de peligrosos, amenazantes y con el despectivo "okie"es extensiva para cualquiera que hoy día se haya visto forzado a emigrar. 



   La amarga conclusión de la obra de Steinbeck - algo dulcificada en la película de Ford - nos hace reflexionar y preguntarnos: ¿cuántas más muertes se tienen que producir en las costas de Turquía (¿hemos olvidado ya al niño sirio que sacudió las conciencias en Europa durante unas semanas?), Grecia, Italia o España, en las fronteras de Hungría, Macedonia o Croacia , o en el Canal de la Mancha?La historia de cada uno de ellos es la historia de los Joad, o la de la familia de John Ford huyendo de la hambruna de la Irlanda de la segunda mitad del siglo XIX o la de tantos judíos centroeuropeos que buscaron vivir en paz huyendo el nazismo. O la de tantos españoles que tuvieron que cruzar la frontera para poder vivir lejos de una guerra horrible como todas o de una época de escasez, hambre y persecuciones igualmente horrible.

     La idea errónea que está en la base del planteamiento es pensar que el trozo de tierra delimitado por unas líneas imaginarias nos pertenece a un determinado grupo de humanos, cohesionado por un conjunto de ideas acerca de lo que nos une entre nosotros y nos separa de "los otros". Esta idea se desmorona cuando pensamos que todos los humanos compartimos un origen común: un lugar de África donde unos monos se hicieron bípedos, luego cabezones y de parto difícil, pero que sobrevivieron y poblaron todo el planeta, más intensamente a partir del momento en el que comenzaron a colaborar.


                                                   Foto de El País.

Comentarios

  1. ¡Bravo! ¡Impresionante! Un análisis estupendo, en cuanto omniabarcante y con una relación de tiempos históricos y lugares del planeta bien diferentes, que nos demuestra que la historia del capitalismo se repite sin cesar con pequeñas variaciones que tienden a la entropía, y que, en realidad, toda la historia de la humanidad es un camino de inmigración, lo que debería hacernos más compasivos con el que se ve obligado a abandonar su tierra por catástrofes naturales, bélicas... Me ha encantado la conexión del cine de Ford, Polanyi y las miserias de la inmigración actual, pero también el canto a la grandeza de la solidaridad humana. Oportunísimas también las referencias a las metáforas de las doncellas del Minotauro y el molino satánico de Polanyi. Estoy convencida de que esta entrada va a gustar muchísimo. Enhorabuena a su autora.

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  2. Muchas gracias, Encarna por esa atenta lectura y rapidísimo comentario. El libro de Varoufakis es un texto muy interesante, y allí expone todo su análisis y esa metáfora de las doncellas, y remite a la novela de Steinbeck, por lo que este artículo bebe mucho de esta fuente; el resto, es pura actualidad.

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  3. La demonización del capitalismo es tan mágica como la satanización del comunismo. Lo cierto es que la competencia es necesaria para que seamos competentes y creativos, igual que el capital para pagar pensiones, crear empresas y construir puentes. Otra cosa es el capitalismo de casino y la avaricia sin ley ni límites sociales. La libertad de mercado es buena, pero no tanto si el mercado es de armas...

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  4. Es cierto que no hemos encontrado ningún sistema que funcione, y la libertad es un derecho irrenunciable, pero el sistema muestra su cara fea cuando las personas se vuelven mercancías. Si tan solo se siguiera la máxima de Kant de tratar a todo ser humano como un fin en sí mismo y nunca como medio....

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