MALINOWSKI EN ESPAÑA: LA REVOLUCIÓN DEL MÉTODO ANTROPOLÓGICO
En 1.922 se publicó un tratado clave para la Antropología, Los Argonautas del Pacífico Occidental, de Bronislaw Malinowski (1.884-1.942). Esta obra sentó unas nuevas bases metodológicas para la disciplina, que constituyeron una auténtica revolución copernicana en la forma de abordar la investigación de la vida de otros pueblos. Pero el autor hizo mucho más que eso. En su estudio de los nativos de Melanesia desveló las falacias del evolucionismo acerca de los llamados pueblos “primitivos”. Estas aportaciones de Malinowski son de dominio público pero resultan mucho menos conocidos los vínculos del más famoso de los antropólogos y su obra con España. Hablaremos aquí de algunos aspectos de su epopeya científica y de cómo se gestó en nuestro país a lo largo de diversos momentos. En este enlae tenéis acceso a un breve documental que recoge parte del contenido de esta entrada con abundante información gráfica:
1 . Los años de formación
Bronislaw Kaspar Malinowski nació el 7 de
abril de 1884 en Cracovia, entonces parte de Austria-Hungría. Su padre, Lucyan Malinowski (1839-1898),
era profesor de filología eslava, folklorista y dialectólogo. La madre, Jozefa
Malinowska, no desmerecía intelectualmente de su esposo. Aunque era hija de una
familia terrateniente de clase alta, no por ello carecía de formación sino que
ella misma era lingüista. El joven Bronio, como le llamaban familiarmente, heredaría de ambos su extraordinaria
aptitud para los idiomas. Llegó a hablar- además de polaco-, ruso, alemán,
inglés, francés, italiano y español. Su fluidez idiomática constituyó una de sus mayores ventajas para lograr una
inmersión más completa en las culturas
nativas que estudió.
Para mejorar su salud, Bronislaw viaja con su madre a la isla de La Palma. Transcribo aquí una
carta que, con 14 años, le envía a su progenitor y que dice mucho del carácter de Bronislaw. Lleva fecha de enero de 1898. Gracias a la cuidadosa investigación que ha realizado Alvaro Fajardo Hernández, al que agradezco enormemente su ayuda y correcciones, puede precisarse que la escribió en el Hotel Florida, donde estuvieron alojados. En dicha misiva se apreia con claridad que la relación de Bronio con su padre, que fallecería poco después era
muy afectuosa. En la carta, además de hablar de los progresos que
experimentaba su salud, cuenta algunas
impresiones curiosas de nuestro país, entre las que destaca su sorpresa ante la
indolencia de las gentes y su atraso:
”Mis
pensamientos están constantemente con usted, Padre, en Cracovia, y desde hace
mucho tiempo vengo deseando ponerlos por escrito pero, como es bien sabido, las
personas perezosas tienen menos tiempo cuando no hacen nada y eso es
exactamente lo que me ocurre a mí. Por lo que a mí se refiere sigo la rutina de
salud-descanso: lo primero de todo, como un montón y además duermo; me baño en
el mar y tomo baños de sol, todo el día me lo paso sentado en la orilla del
mar; en una palabra, estoy en paz, feliz y ocioso. Mamá y yo estamos instalados
en una pequeña villa, hermosamente situada sobre el mar, fuera de la ciudad.
Disfrutamos de unas condiciones perfectas: excelente clima, incomparablemente
más cálido y estable que en la costa mediterránea, una gran paz -porque no hay
otros extranjeros en toda la isla excepto nosotros. La gente local se encuentra
a cien años de retraso con respecto a la cultura, y se distingue por una
completa ausencia de vida y temperamento: por lo tanto, no existe un entorno
irritable. En conjunto, las relaciones son extremadamente primitivas y
españolas. Hace unas pocas semanas una epidemia brotó en la capital de este
país, Santa Cruz de Tenerife, todo el mundo dice discretamente que fue una
plaga bubónica aunque muy leve. Bien, en primer lugar, las autoridades no
hicieron ningún anuncio formal con el fin de no perjudicar la reputación de la isla, y mantienen oficialmente que no hay
epidemia. Como consecuencia estalló una guerra entre las islas. Los habitantes
de Tenerife querían huir hacia otras islas. Se estableció la cuarentena y los
que estaban sujetos a ella han sido robados sin piedad. Aquí en La Palma, donde
no hay comodidades apropiadas, no han entrado ni pasajeros ni mercancías. El
delegado del gobernador y su escolta de carabineros fueron recibidos a balazos.
Los gendarmes en la orilla de la playa empuñaron las armas enfrentándose con
los gendarmes del barco. ¡Cosas de España! ¡Vi todo con mis propios ojos! Ahora
estamos aislados del mundo y sólo nos llega el correo.
He aprendido algo de
castellano y ahora mismo estoy leyendo Don Quijote, pero para variar, casi he olvidado
por completo el italiano. Dicen que dos lenguas no pueden existir
simultáneamente en una cabeza. Usted, Padre, me ha protegido tanto con su
bondad y amabilidad que, aunque con vergüenza, le suplico unas pocas palabras
en una tarjeta diciéndome cómo se encuentra y si no se siente demasiado
cansado. Pienso en usted, Padre, todo el tiempo y como hoy es viernes he
decidido, al menos por carta, compensar -algo tan penoso para mí- mis deseos de
hablar con Usted, como frecuente y recientemente hacíamos.
Le envío, Querido
Padre, mis sinceros saludos, su verdadero devoto
Bronislaw Malinowski
Mamá le manda recuerdos
y cumplidos”.
El joven Bronio, a pesar de su frágil salud, se entregó sin reservas a los estudios, consiguiendo destacadísimos resultados. En la Universidad de Jagiellonian, en su Cracovia natal, donde enseñaba su padre, cursó estudios de Ciencias Naturales y Matemáticas. Es muy importante advertir que en Polonia existía una gran influencia positivista, próxima a la del Círculo de Viena. Eran los años de crisis política del imperio de Francisco José y Sissi,“Kakania”, como lo llamó Robert Musil. Pero, al mismo tiempo, el florecimiento cultural que acompañaba ese mundo decadente de fin de siglo resultaba verdaderamente asombroso.
En 1906 Malinowski presenta su tesis doctoral, “El principio de economía del pensamiento”, en la que desentraña la ley del mínimo esfuerzo. Esta cuestión tendría después una influencia trascendental en su diseño del funcionalismo: lo que funciona para el individuo y la sociedad es siempre la solución más económica y simple. Pero los estudios acaban agotándolo debido a su talante obsesivo y perfeccionista.
En 1908 Malinowski se doctoró en Filosofía,
Física y Matemáticas sub auspicius
Imperatoris, la máxima distinción conferida en el imperio austrohúngaro. Su excesiva
entrega a los estudios como siempre le pasó factura y ese mismo
año vuelve a Canarias para
curarse. Durante su recuperación cae en sus manos La rama
dorada, de Sir James George Frazer,
y queda fascinado por los pueblos “salvajes”, un territorio intelectual
en el que debió de imaginar muchas posibilidades innovadoras. No tengo una seguridad total de que leyera The Golden Bough en nuestro país pero, por la secuencia de acontecimientos, existen muchas posibilidades de que fuera así, por lo que parece
que fue aquí donde se decidió su futuro profesional.
Sir James George Frazer |
En 1911 Malinowski se
disponía a aprender árabe para seguir a Seligman al Sudán, pero su mentor le
gestionó una beca y lo encaminó hacia Melanesia.
El bondadoso profesor le compró una tienda de campaña, un fonógrafo, una cámara
fotográfica e instrumentos antropométricos, todo ello acompañado de 100 libras.
Como Bronio seguía siendo súbdito del imperio austrohúngaro, cuando empezó la
Primera Guerra Mundial intentó evitar que lo militarizaran. Para ello, y para
satisfacer su deseo de aventuras exóticas, aceptó realizar su investigación en
las antípodas, en Papúa, Nueva Guinea, entonces territorio británico. Se
doctora en 1916 con su tesis sobre La
familia entre los aborígenes australianos (1913) y Los nativos de Mailu ( 1915), entre los
que había realizado su trabajo de campo desde 1914.Finalizado éste, se le impidió volver a Inglaterra por
pertenecer a un país enemigo. Entonces, gracias a las siempre eficaces
gestiones de Seligman, pudo permanecer confinado en Melanesia durante el resto
de la guerra.
Para cumplir ese destino, Malinowski retorna a Australia en febrero de 1915 y en Melbourne
conoce a Elsie Rosalind Masson, hija de
un científico inglés emigrado al continente austral, que fue el primer profesor
de Química en la Universidad de Melbourne. Elsie estaba estudiando para ser
enfermera y había publicado un libro, “An
Untamed Territory” (Un territorio indómito), razón por la cual estaba muy
interesada en conocer el material fotográfico que había obtenido Malinowski en
su viaje de investigación. Entre foto y foto, los jóvenes se enamoraron aunque los padres de
ella no dieron consentimiento al matrimonio mientras la joven no terminase sus
estudios.
En mayo de 1915, Bronio estaba de vuelta en Nueva Guinea. Se dirigía en realidad hacia las islas Dobu y Rossel pero, tan providencialmente como sabemos, se detuvo en las Trobriand.
Seligman |
En mayo de 1915, Bronio estaba de vuelta en Nueva Guinea. Se dirigía en realidad hacia las islas Dobu y Rossel pero, tan providencialmente como sabemos, se detuvo en las Trobriand.
“Imagínese que de
repente está en tierra, rodeado de todos sus pertrechos, solo en una playa
tropical cercana de un poblado indígena, mientras ve alejarse hasta desaparecer
la lancha que le ha llevado”. Son las palabras tan conocidas de la
introducción a Los Argonautas con las
que intenta transmitir al lector su sensación de desamparo y aventura absoluta
en medio de la tribu. Durante dos años vivió
con los Trobriand, en una aldea del distrito de Kiriwina. Podemos imaginar
fácilmente que, para una persona hipocondríaca y con tan mala salud, aquella
vida de insectos, calor tropical y una dieta tan poco ortodoxa, su estancia debió de ser una pesadilla. El mismo cuenta
que vivió una experiencia personal frustrante y deprimente, con dolores continuos,
soledad y aburrimiento, como revelarían sus polémicos diarios privados al ser
publicados en 1967, y que espero que algún día podamos examinar aquí con el necesario
detenimiento. Para soportar la desesperación echaba mano del “narcótico de las
novelas baratas”, pero también de otros fármacos más potentes, como la morfina,
el láudano o la cocaína. En sus recuerdos aparece la nostalgia por sus amables días en las playas canarias y, sobre todo, la imagen de su amada Elsie.
A pesar de ese
desasosiego, al que solo dio rienda suelta en la trastienda, Malinowski era un gran
profesional y el esfuerzo que hizo para sobreponerse a sus problemas le sirvió
para convertirse en la figura más sobresaliente en la historia de la
Antropología. Sin compañía de ningún hombre blanco en las Islas Trobriand, y gracias a su proverbial habilidad idiomática,
consiguió aprender en unos pocos meses el lenguaje de los nativos. Ello le
permitió sumergirse de modo casi total en su cultura, entendida como
cosmovisión.
“La esperanza de ganar
una nueva visión de la humanidad salvaje gracias a los trabajos de
especialistas científicos, aparece como un espejismo que se desvanece en el
mismo instante de percibirlo. Pues si en el momento actual todavía hay gran
número de comunidades indígenas susceptibles de ser científicamente estudiadas,
dentro de una generación, o de dos, tales comunidades o sus culturas
prácticamente habrán desaparecido. Urge trabajar con tenacidad, ya que el
tiempo disponible es breve. Hasta el momento, tampoco el público ha tenido
suficiente interés por estos estudios. Hay pocos estudiosos de la materia, y el
estímulo que reciben es escaso. Por ello, no siento ninguna necesidad de
justificar una investigación etnológica que es el resultado de una
investigación especializada hecha sobre el terreno”.
Estas frases tan inspiradas, también procedentes de la
introducción a Los Argonautas,
revelan la clara conciencia que tenía Malinowski de estar abriendo una senda
prácticamente inexplorada en la Antropología, todavía entonces una parcela del
conocimiento muy joven y con los lindes
aún por definir. Lo cierto es que el genial polaco apenas tenía precedentes en
esa tarea titánica .G.Frazer, que le prologó
Los Argonautas, solo menciona a Franz Boas y a los miembros de la
expedición al Estrecho de Torres en 1898, entre los que se contaba su maestro Seligman.
Es claro que Frazer, perteneciente a la tradición inglesa, no tenía
conocimiento del trabajo del pionero Frank Hamilton Cushing, que había
fallecido prematuramente en 1900 sin dejar una etnografía completa de los Zuñi,
con los que convivió en la década de 1870. Tampoco era conocedor del trabajo de
Alice C. Fletcher, una figura enorme en el campo de la antropología
estadounidense y que hoy, lamentablemente, está casi olvidada.
4 . La revolución metodológica
Me he detenido a reseñar con
detalle todos los antecedentes de la formación de Malinowski porque, a la postre, resultarían absolutamente
cruciales para su revolución copernicana. Física, Matemáticas, Filosofía,
Psicología, Economía, son precisamente los pilares que le permitieron abordar
un trabajo de corte científico moderno. Sin esa amplia formación académica multidisciplinar nunca habría podido enfrentarse con éxito él solo a un enfoque omniabarcante de la cultura, que dio con el quid de la unidad de conjunto, la imbricación inseparable,-que no necesariamente confusión-, de todos los fenómenos sociales, políticos. económicos, religiosos, mitológicos, tecnológicos...de una comunidad humana.
Para Malinowski, la Antropología necesitaba fuertes dosis de disciplina científica, y dejar de estar en manos de amateurs. La mayor de sus paradojas es que su innovador sistema consiste en invertir, como en un espejo, el tipo de antropología de salón que había realizado Frazer y que era la que había atraído la atención del joven estudioso. Como expresivamente lo denomina Ernest Gellner, Frazer empleaba un “método-urraca”, esto es, recopilaba de aquí y de allá datos folclóricos aislados y dispersos, y luego los enmarcaba, como pequeñas teselas, en un grandioso mosaico sin un lugar concreto en la historia. Por el contrario, el empirismo radical que siempre guió a Malinowski le llevó a evitar simplificaciones artificiales de esa clase. Él proponía recopilar materiales tan concretos como fuera posible; anotar el nombre de cada informante; no seleccionar sólo adultos sino trabajar también con niños, marginados y especialistas; adoptar puntos de vista y opiniones laterales para probar su eficacia; y contrastar datos de diferentes procedencias-la triangulación de fuentes-, para darle mayor rigor probatorio al resultado.
Para Malinowski, la Antropología necesitaba fuertes dosis de disciplina científica, y dejar de estar en manos de amateurs. La mayor de sus paradojas es que su innovador sistema consiste en invertir, como en un espejo, el tipo de antropología de salón que había realizado Frazer y que era la que había atraído la atención del joven estudioso. Como expresivamente lo denomina Ernest Gellner, Frazer empleaba un “método-urraca”, esto es, recopilaba de aquí y de allá datos folclóricos aislados y dispersos, y luego los enmarcaba, como pequeñas teselas, en un grandioso mosaico sin un lugar concreto en la historia. Por el contrario, el empirismo radical que siempre guió a Malinowski le llevó a evitar simplificaciones artificiales de esa clase. Él proponía recopilar materiales tan concretos como fuera posible; anotar el nombre de cada informante; no seleccionar sólo adultos sino trabajar también con niños, marginados y especialistas; adoptar puntos de vista y opiniones laterales para probar su eficacia; y contrastar datos de diferentes procedencias-la triangulación de fuentes-, para darle mayor rigor probatorio al resultado.
Una segunda y esencial contraposición frente a
Frazer es que la Antropología, según Malinowski, debía abandonar sus
especulaciones evolucionistas. Hasta entonces había triunfado el darwinismo
social. Se suponía que la sociedad occidental era el pináculo de la evolución,
presumiéndose sin base histórica alguna que todos los pueblos debían seguir una idéntica línea de desarrollo desde las tribus salvajes hasta la civilización. Se trataba de
una secuencia única e igual en cada uno
de sus pasos pero que podría abreviarse con la ayuda (explotación) de los europeos colonizadores, “la
pesada carga del hombre blanco”. Malinowski denunciaba la circularidad de los
razonamientos de los evolucionistas. Estos inventaban ficciones acerca del
pasado para explicar el presente, presuponiendo unas condiciones previas sin
prueba alguna. Pero para Malinowski el pasado no podía ser una inferencia
lógica sino una función social del presente
observable. Esa reflexión tenía perfecto sentido en sociedades como las
arcaicas, que carecían de documentación acerca de su pasado. Pero el ahistoricismo de Malinowski también lo
llevó al funcionalismo, que ya
estaba en ciernes en su tesis de 1906 sobre el principio de economía.
5 . El holismo como guía de la observación
participante
El antropólogo Ernest Gellner, en un libro
fascinante, Lenguaje y soledad (1995), contrapone al primer y segundo
Wittgenstein con Malinowski, destacando como éste representó una tercera opción
intermedia frente al que denomina el “dilema de los Habsburgo”. En los años
finales del imperio austrohúngaro,
existía una contraposición política e
intelectual entre el individualismo del modelo “Crusoe” y el
comunitarismo, el positivismo contra el romanticismo, el centralismo contra los
pujantes nacionalismos periféricos que desmembrarían el imperio. Entre los dos polos de esa
confrontación, Malinowski opta por una visión orgánica de la cultura, propia del
romanticismo, frente a la concepción atomista del conocimiento. Pero, al mismo
tiempo, escinde ese sentido romántico de la cultura como unidad holística de su anclaje nostálgico en el pasado. Unidad cultural como globalidad pero conjugada en tiempo presente, sería el lema. Por ello afirma Gellner, con toda razón, que Malinowski utiliza
elementos viejos combinados en un cóctel completamente original.
“El ideal primordial y
básico del trabajo etnográfico de campo es dar un esquema claro y coherente de
la estructura social y destacar, de entre el cúmulo de hechos irrelevantes, las
leyes y normas que todo fenómeno cultural conlleva.
En primer lugar debe
determinarse el esqueleto de la vida tribal. Este ideal exige, ante todo, la
obligación de hacer un estudio completo de los fenómenos y no buscar lo
efectista, lo singular, y menos lo divertido y extravagante. Han pasado los
tiempos en que podíamos admitir las descripciones de los indígenas que los
presentaban como una caricatura grotesca e infantil del ser humano. Tal cuadro
es falso y, como otras muchas falsedades, ha sido destruido por la ciencia. El
etnógrafo de campo tiene que dominar con seriedad y rigor, el conjunto completo
de los fenómenos en cada uno de los aspectos de la cultura tribal estudiada,
sin hacer ninguna diferencia entre lo que es un lugar común carente de atractivo
o normal, y lo que llama la atención por ser sorprendente y fuera de lo
acostumbrado. Al mismo tiempo, en toda su integridad y bajo todas sus facetas,
la cultura tribal debe ser el foco de interés de la investigación. La
estructura, la ley y el orden, que se han revelado en cada aspecto, se aúnan
también en un conjunto coherente. El etnógrafo que se proponga estudiar sólo
religión, o bien tecnología, u organización social, por separado, delimita el
campo de su investigación de forma artificial, y eso le supondrá una seria
desventaja en el trabajo. Estas consideraciones indican, pues, que la meta del
trabajo etnográfico de campo debe alcanzarse a través de tres vías:
1. La organización de
la tribu y la anatomía de su cultura debe recogerse en un esquema preciso y
claro. El método de documentación concreta estadística es el medio que permite
construir tal esquema.
2. Dentro de este
entramado hay que insertar los imponderables de la vida real y el tipo de
comportamiento. Estos datos se consiguen gracias a la observación minuciosa y
detallada, en forma de una especie de diario etnográfico, posible a partir de
un estrecho contacto con la vida indígena.
3. Una colección de
informes, narraciones características, expresiones típicas, datos del folklore
y fórmulas mágicas se agrupan en el corpus inscriptionum, exponente de la
mentalidad indígena”.
Malinowski teorizó,
de la forma más acabada, el método antropológico por antonomasia, la
observación participante. En lugar de basarse en informes de segunda mano, plagados de errores de interpretación, el investigador mira e interviene en la vida del poblado hasta que logra comprender la forma de vida de los miembros de la comunidad, que es un todo orgánico en el que todos y cada uno de los elementos están interrelacionados con los restantes. La descripción teórica de la observación participante la podéis encontrar extensamente desarrollada en este enlace: http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/06/inventando-la-antropologia-frank.html También podéis encontrar aquí muchos datos poco difundidos sobre F.H. Cushing y Alice C. Fletcher, que se han mencionado arriba como dignos antecesores de Malinowski.
observación participante. En lugar de basarse en informes de segunda mano, plagados de errores de interpretación, el investigador mira e interviene en la vida del poblado hasta que logra comprender la forma de vida de los miembros de la comunidad, que es un todo orgánico en el que todos y cada uno de los elementos están interrelacionados con los restantes. La descripción teórica de la observación participante la podéis encontrar extensamente desarrollada en este enlace: http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/06/inventando-la-antropologia-frank.html También podéis encontrar aquí muchos datos poco difundidos sobre F.H. Cushing y Alice C. Fletcher, que se han mencionado arriba como dignos antecesores de Malinowski.
6 . La mentalidad indígena
Quizá el mayor logro de Malinowski fue la descripción del anillo Kula como un hecho social total, como lo llamaría Marcel Mauss en Ensayo sobre el don, publicado en 1925. La extraordinaria complejidad de este gigantesco sistema de intercambio simbólico y comercial deberá quedar para una o varias entradas futuras.
Quizá el mayor logro de Malinowski fue la descripción del anillo Kula como un hecho social total, como lo llamaría Marcel Mauss en Ensayo sobre el don, publicado en 1925. La extraordinaria complejidad de este gigantesco sistema de intercambio simbólico y comercial deberá quedar para una o varias entradas futuras.
Brazalete Kula |
“Estas tres vías de acceso (las arriba
mencionadas) conducen a la meta final, y
el etnógrafo nunca debería perderlas de vista. La meta es, en resumen, llegar a
captar el punto de vista del indígena, su posición ante la vida, comprender su
visión de su mundo. Tenemos que estudiar al hombre y debemos estudiarlo en lo
que más íntimamente le concierne, es decir, en aquello que le une a la vida. En
cada cultura los valores son ligeramente distintos, la gente tiene distintas
aspiraciones, cede a determinados impulsos, anhela distintas formas de
felicidad. En cada cultura se encuentran distintas instituciones que le sirven
al hombre para conseguir sus intereses vitales, diferentes costumbres gracias a
las cuales satisface sus aspiraciones, distintos códigos morales y legales que
recompensan sus virtudes y castigan sus faltas. Estudiar estas instituciones,
costumbres o códigos, o estudiar el comportamiento y la mentalidad del hombre,
sin tomar conciencia del porqué el hombre vive y en qué reside su felicidad es,
en mi opinión, desdeñar la recompensa más grande que podemos esperar obtener
del estudio del hombre. En los capítulos siguientes el lector encontrará,
ilustradas, todas estas generalizaciones. Veremos en ellos al salvaje luchando
para satisfacer ciertos deseos, para alcanzar cierto tipo de valores, para
seguir el camino de su ambición social. Lo veremos entregado a peligrosas y
difíciles empresas, consecuencia de una tradición de proezas mágicas y
heroicas. Le veremos siguiendo el reclamo de sus propias leyendas.”
Malinowski consiguió cambiar la visión tradicional de los
indígenas como seres salvajes. Una vez que a un funcionario colonial le
preguntaron por sus costumbres y maneras, replicó agriamente:” Costumbres
ningunas, maneras bestiales”. Malinowski, por el contrario, se da cuenta de que
sus sistemas de parentesco, relaciones sociales y rituales son extremadamente
complejos y sofisticados, hasta el punto de que, “En comparación, la vida cortesana de Versalles o El Escorial era libre
y fácil”. Contra la supuesta irracionalidad de los nativos, Malinowski es
capaz de descubrir que, entre ellos, la omnipresente magia cumple exactamente
el mismo papel que, entre nosotros, la ciencia: otorgar “el poder de dominar las
fuerzas de la Naturaleza”. El antropólogo trata de superar nuestro
etnocentrismo, buscando un casi
imposible lugar intermedio en camino hacia la otredad. Entendiendo el punto de
vista de los otros pueblos, tal vez surja la llama que nos permita
comprendernos mejor. Una reflexión preciosa suya al respecto es: “Cuando leamos el relato de estas costumbres
remotas, quizá brote en nosotros un sentimiento de solidaridad con los empeños
y ambiciones de estos indígenas. Quizá comprenderemos mejor la mentalidad
humana y eso nos arrastre por caminos nunca antes hollados. Quizá la
comprensión de la naturaleza humana, bajo una forma lejana y extraña, nos
permita aclarar nuestra propia naturaleza. En este caso, y solamente en éste,
tendremos la legítima convicción de que ha valido la pena comprender a estos
indígenas, a sus instituciones y sus costumbres”.
Malinowski contemplaba la Antropología como la culminación
del humanismo, y se proponía una tarea de salvamento. Permitiría preservar las
valiosas culturas de aquellos pueblos olvidados por la historia. Paradójicamente,
también se convirtió en una ciencia esencial para la administración de los
imperios coloniales. El mismo año 1922 en que ve la luz Los Argonautas, se publicó otra obra fundamental para la disciplina, El mandato dual en el África tropical,
de Lord Frederick Lugard. En ella se sentaban las bases del sistema de
explotación de los territorios coloniales en la Commonwealth: el gobierno
indirecto. Los británicos delegaban en los jefes tradicionales la
administración de extensos e inhóspitos territorios. África, Asia y Oceanía
constituían un inmenso almacén de recursos materiales y humanos, que engrasaban
los motores de las metrópolis europeas en su pugna por el poder absoluto. La Antropología Aplicada, con el
conocimiento que proporcionaba sobre los sistemas políticos y sociales de
aquellos pueblos, fue una ciencia muy útil para su explotación de la manera más
eficiente. Tenéis un excelente estudio de la relación entre el padre de la
Antropología y su proyección práctica en http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/03/malinowski-y-africa-indirect-rule-y.html
.En esta entrada Mari Angeles Boix ya ponía de manifiesto la conexión española
de Los Argonautas.
7. De vuelta a España
En 1918 Malinowski volvió a Australia y consiguió hacer realidad
su sueño de casarse con Elsie Masson. Con ella tendría tres hijas, que les acompañarían en sus viajes por todo el mundo. Pero cuando terminó la
Guerra, Malinowski buscó nuevamente refugio con su familia en Canarias, lugar
que ya antes se había revelado tan
idóneo para su salud. Intentaba curar su gran desgaste físico y psicológico, y
la tuberculosis que arrastraba. Consta alguna referencia escrita de la época en
la que se lo describe como “un personaje extraño, alto, flaco, que caminaba con
las manos cruzadas a la espalda”, y que estaba “tocado de pulmón”. Hasta 1921
residió con su esposa e hijas en Icod de los Vinos, en la isla de Tenerife,
donde encontró la paz necesaria para redactar la obra más trascendental para
cualquier antropólogo pero que se lee por los profanos tan fácilmente como si se tratara de una novela de aventuras. La familia vivió en El Boquín, una preciosa finca del siglo
XVII, y un camino que lleva el nombre de Malinowski recuerda su paso por la isla.
El Boquín |
Los Argonautas fue una bomba de relojería que tardó en
estallar. Por ello, no es extraño que Malinowski no fuera convocado a la cátedra
de la Residencia de Estudiantes para hablar de sus trabajos, como sí lo fue un antropólogo de una
generación anterior, el alemán Leo Frobenius. La “cátedra” de la Residencia acogió a las personalidades más prestigiosas
de su época. Por allí pasaron eminentes científicos, literatos e intelectuales,
que dejaron una huella indeleble en la cultura de nuestro país. Contribuyeron a
que se forjara lo que, muy acertadamente, se ha llamado la Edad de Plata
española. Los residentes estaban al tanto de las últimas novedades gracias a
los extraordinarios ciclos de conferencias anuales que se organizaban. La
continua presencia de figuras internacionales, como Einstein, Marie Curie o
John M. Keynes, supuso un auténtico revulsivo “en un país que olía a cerrado”,
como apunta Javier Rodríguez Marcos. En 1.924, Frobenius impartió tres conferencias sobre la
difusión de las culturas que entusiasmaron a Ortega, quien tradujo y público
muchas de sus obras en la Revista de Occidente. Si tenéis interés en saber más
sobre este interesante antropólogo y su relación con España, podéis acceder en
este enlace: http://anthropotopia.blogspot.com.es/2013/05/leo-frobenius-y-los-circulos-culturales.html
Esta entrada desarrolla
uno de los apartados de un artículo referente a diversos acontecimientos
culturales de primera magnitud que sucedieron en 1.922. Quizá pueda resultaros
apetecible contextualizar la publicación de
Los Argonautas en la Europa entre guerras, el ascenso del nazismo en la
Alemania de Weimer, las vanguardias artísticas o la gran aventura de Howard
Carter y el tesoro de Tutankamon. Añado el enlace por si queréis leer más sobre
esa época tan sugerente desde el punto
de vista intelectual: http://esprituycuerpo.blogspot.com.es/2013/08/1922-seis-grados-de-separacion-en-la_29.htm
Desde el 7 de abril de este año 2021, exactamente 137 años después del nacimiento de Malinowski, en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife van a exponerse trabajos de investigación sobre el mismo, participando el actual presidente y ex rector de la ULL, José Gómez Soliño, el antropólogo Pablo Estévez y Fernando Díaz media, cronista oficial de Icod de los Vinos. Para todos los que estéis interesados en este acontecimiento tan destacado, que coloca la figura de este gigante intelectual en nuestro marco nacional, pongo aquí la información, agradeciendo muy sinceramente a Álvaro Fajardo Hernández que me haya hecho partícipe de la misma.
Estupenda entrada, muy necesaria para tener una visión de conjunto de la inmensa figura de Malinowski en la Antropología, donde no hay rama en la que no se haga referencia a sus Argonautas - por lo menos .Has señalado - entre otras muchas cosas - esa conexión entre Wittgenstein y Malinowski; tal conexión tiene su primer eslabón en la lectura de La Rama Dorada de Frazer. Wittgenstein tiene publicado un libro: Observaciones a la Rama Dorada de Frazer, en el que habla tanto de la magia como de la religión, del comportamiento primitivo y civilizado y la racionalidad o falta de ella. Pero sigue habiendo más conexiones: 1.- Wittgenstein participó voluntariamente en la I Guerra Mundial, y estuvo destinado precisamente en Polonia. 2.- Wittgenstein estudió ingeniería, completando su formación en Inglaterra, donde también iría a parar el antropólogo. 3.- Sus obras cumbre se redactaron durante la I Guerra Mundial, ya que el Tractatus de Wittgenstein ya era un manuscrito cuando estuvo prisionero en la Abadía de Montecassino, cerca del final de la contienda.
ResponderEliminarAdemás de estas conexiones, tu entrada me da que pensar algo: ¿qué hubiese pasado si Malinowski, en vez de hacer su etnografía isleña sobre las Trobriand hubiese quedado atrapado en las Canarias, y hubiese hablado de nosotros como salvajes,habría cambiado nuestra propia imagen como pueblo y se hubiera contribuido algo a salir de nuestro secular atraso y autocomplacencia?
Muchas gracias por tus inteligentes reflexiones sobre los vínculos entre esos dos gigantes del pensamiento. Hay casi una total coincidencia de fechas entre el Tractatus-1921- y Los Argonautas-1922. En el libro de Gellner pueden encontrase muchos elementos de contraste y comparación, específicamente relativos al lenguaje, con especial referencia a otras obras posteriores de Malinowski. Muy interesante también tu planteamiento contrafactual. Malinowski tal vez habría abordado un estudio estilo Pitt- Rivers, relacionando las Canarias, la conquista de América, los árabes.¡Quién sabe! Pero lo que es seguro es que este hombre tan contradictorio tenía una enorme ambición de saber y comprender, así que hubiera destacado en cualquiera de sus planteamientos. Lo hizo con el escenario más difícil y más novedoso.
ResponderEliminarFelicidades por la entrada sobre este personaje fascinante. "Las personas perezosas tienen menos tiempo cuando no hacen nada"... Qué buena observación.
ResponderEliminarPara los que somos legos en antropología, ¿habrá alguna entrada especial sobre "Los Argonautas"?
Muchas gracias por tu comentario.Entrada sobre Los Argonautas la hacemos en un periquete para contar una de las historias más alucinantes de la antropología, el anillo kula. Solo tienes que esperar un poquito y te lo contamos.Muy agradecidas por el interés en la materia.Me hace ilusión sacarla del estricto dominio de los especialistas, porque es una disciplina muy accesible y atractiva para todos los públicos.
Eliminarme puedes dar la fuente y el autor de las fotos , gracias.
ResponderEliminarSiento mucho no poder complacer tu petición. Son fotos obtenidas a través de búsquedas de internet. Desconozco si alguna tiene derechos de autor. Gracias por leer el trabajo en todo caso, Natalia.
EliminarCOMO SABRAS ESTE AÑO SE CELEBRA EL CENTENARIO DE LA REDACCION DE LOS ARGONAUTAS DEL PACIFICO OCCIDENTAL, QUE SE HIZO EN LA FINCA DE BOQUIN EN YCOD -TENERIFE, MI PADRE TUVO OCACION SE VERLE ,AUNQUE ERA MUY JOVEN Y NO SABIA LA IMPORTANCIA DEL PERSONAJE , EN EL AÑO 2011 PEOPUSE AL CABILDO DE TENERIFE , PROPIETARIO ACTUAL DE LA FINCA ,LA CREACION DE U NA CATDRA MODERNA DE ANTROPOLOGIA SOCIAL (BOCAM)
ResponderEliminarHEMOS PREPARADO UNA SERIE DE ACTOS EN LA SEDE DELCENTRO YCODENSE UNO DE LOS POCOS SITIOS A LOS QUE ACUDIO MALINOEWSKI, INVITADO POR SU ANFRITRION ANTONINO PEREZ DIAZ AL QUE CONOCIO EN LONDRES EN 1920, HEMOS ENVIADO INVITACIONES A LA LSE, A LA UNIVERSIDAD DE LONDRES, , LAS AMERICANAS DE HARBART Y YALE, DE IGUAL MODO A LAS UNIVERSIDADES DE CRACOVIA Y LEIPZIG, TODAS ELLAS RELACIONADAS DE ALGUNA FORMA CON BRNIALAW MALINOSWK, DEL QUE SE HAN OCUPADO EL ARQUEOLOGO LUIS DIEGO CUSCO , EL ANTROPOLOGO FERNANDO ESTEVEZ GONZALEZ, EL INVESTIGADOR LOCAL JUAN GOMEZ LUIS-RAVELO Y EL QUE ESCRIBE ESTE COMENTARIO CUYO EMAIL ES alvarofajardoh@gmail.com que estaré encantado de ampliarte y enviare lo que estamos preparndo para abril de 2021
Muchas gracias, 'Alvaro. Estoy deseando que llegue la fecha del evento.
ResponderEliminarMagnífico trabajo, Encarna.
ResponderEliminarMuchas gracias. Siempre nos ponemos manos a la obra con mucho cariño y sin reparar en el tiempo ni en el esfuerzo. Llevamos tiempo pendientes de trabajar el kula. A ver si Ángeles y yo nos libramos un poco de la cantidad de obligaciones que tenemos y nos ponemos a ello. Malinowski es nuestra pasión.
EliminarMagnífico trabajo Encarna, con él rindes el mejor de los homenaje al gran B. Malinowski . Su lectura me ha traído el recuerdo de nuestro entrañable profesor de Historia de la Antropologia Social y Cultural de la UMH Santiado Fernandez Ardanaz. Le fascinaba, admiraba profundamente a este gran antropólogo y que siempre estaba presente en las clases, donde nos hablaba con encendida pasión de " Los argonautas...." Para uno de nuestros trabajos mi grupo eligió esta obra, sabíamos que con esta elección contábamos con su aprobación! GRACIAS
ResponderEliminarHola, Carmen, muchas gracias por tu comentario. Yo he estudiado antropología muy a gusto en la UNED pero no hay nada comparable al entusiasmo que transmite un buen profesor. Y digo entusiasmo con toda intención porque su etimología remite a la inspiración divina. Tenemos pendiente escribir sobre el kula. ¿Te animas? Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias por aceptarme en tu blog y por tu respuesta. Encuentro temas de amplio espectro, que confluyen en la mirada antropológica, tal y como reza el titulo de tu blog. Título que me lleva al recuerdo de una fascinante novela de J. Conrad: "El corazón de las tinieblas ," que a buen seguro conoces. Gracias por tu invitación, pero no estoy a tu nivel!!! Jejeje. . De modo que por ahora me basta con tener el privilegio de poder leerte. Es admirable el trabajo de documentación, la forma y estilo cuidado del relato, la riqueza de ilustraciones , la introducción de enlaces.. Espero impaciente tu entrada sobre " El anillo kula" , sí, que establece las relaciones de inercambio y reciprocidad entre las trubus de las Trobriand , estudiadas por Malinowski, desarrollado en Los Argonautas del Pacífico " Su lectura me resultó fascinante. En otra vertiente , en los modos y formas de perpetuar las relaciones entre grupos, consolidad su prestigio social, don contra don, ...me lleva a Marcel Mauss Hoy todo esto aparece ya muy diluido en mi memoria. Me interesan muchas de las entradas que he ojeado de tu blog, de modo que ya puedo aplicarme a ello . Muchas gracias de nuevo y un abrazo
ResponderEliminarGracias de nuevo a ti. Mira qué gracioso, haber estado trabajando juntas tanto tiempo y venir a enterarnos a estas alturas que compartimos estudios y pasión secreta por la antropología. Pues sí, a mí me pasa lo mismo, con el paso del tiempo todos los conceptos están un poco diluidos pero es normal, no nos dedicamos profesionalmente a la antropología y lo que tenemos fresco es "lo otro". Precisamente porque éramos bien conscientes de lo que iba a pasar, mi compinche de estudios Mari Ángeles Boix y yo pensamos que la mejor solución era tener un blog de antropología, para obligarnos a seguir trabajando lo que más nos gusta. Sabíamos que era una aventura intelectual en el vacío y que a lo peor no nos leía nadie pero el tiempo nos ha demostrado lo contrario. Pero nos lo hemos ganado porque a ilusión y esfuerzo no nos gana nadie. Nuestra pasión es comunicar y compartir, y yo creo que eso se nota. Esto es un voluntariado en toda regla, jajaja. Muchas gracias otra vez por tu generosidad lectora. Un abrazo.
Eliminar