PSICOPOMPOS. LOS QUE GUÍAN LAS ALMAS

Por José Losada Joahim Patinir: El paso de la laguna Estigia. Museo del Prado Recuerdo mi primer día de colegio. Mi madre me acompañó hasta un monumento del siglo XVII, entregó unas fotografías tamaño carnet a un profesor que estaba en la puerta y me despidió. También me acuerdo del último, casi una década después. Ayudé a un compañero a llevar el equipaje hasta la parada del coche de línea de Lugo y nos despedimos; nunca lo he vuelto a ver. Para entonces me movía por aquel gran edificio lleno de historia y de obras de arte como si de mi casa se tratase. Sin embargo, en aquel primer día ya lejano era un mundo lleno de misterios. Supongo que a la imaginación le es grato pensar en que alguien conocido y amable nos acompañe en el tránsito hacia lo desconocido. Por ejemplo, en nuestro paso hacia el otro mundo, a lo que nos espera después de la muerte. Solo así se explica que personajes con esa función aparezcan en muchas culturas a lo largo de los siglos, con nombres...